La supuesta muerte de un bolígrafo

Estoy en un café, a punto de escribir lo que me parece significativo de una reunión con dos amigos. El tema es muy importante. Llevó una libreta, y sólo un bolígrafo…

Pero… justo HOY, aquel bolígrafo que parecía inmortal, al cual desde que lo adquirí nunca se le acabó la tinta, ¡¡terminó sus días y no escribió más!!

Recuerdo ahora, que pregunté rápidamente a tres personas, pero nadie llevaba uno a la mano. Mis dos comensales, tenían los suyos, pero ninguno guardaba uno de sobra para facilitármelo.

Pasó un rato para que alguien se apiadara de mí y, en un a fan de dar algo como si alguien diera agua a un sediento, me facilitó uno, de marca desconcida, pero eso sí: que rayaba de color azul sin prolebama alguno.... Entonces comencé a escribir mis anotaciones

Cuando llegué a casa, aquel bolígrafo que había fallecido pocas horas antes y que se negaba a dar indicios de vida, aparentemente estaba de ¡parranda y no muerto!.

En mi habitación, aquel instrumento de escritura, ¡rayó, como si estuviera en sus mejores tiempos, como si nada hubiera pasado!

Ahí lo recordé: Ley de Murphy.

“Si algo puede salir mal, saldrá mal”, frase que resume la famosa ley que formuló en 1049 el estadounidense Edward A. Murphy Jr., y que podemos calificarla como la de contingencia. Quién no la ha experimentado en su vida cotidiana. Creo que todos.

Si sales de tu casa y en medio camino comienza a llover y no llevas paraguas alguno, mi amigo es la “Ley de Murphy”.

Si justo el día que debes llegar temprano a una clase o a una entrevista de trabajo y… precisamente ese día no hay la movilidad para llegar a tiempo, ya sabes la “Ley de Murphy”.

Si buscas algo con gran deseo y no lo encuentras, y si después cuando ya no lo necesitas, lo hallas. Hay una sola explicación y esa es la: “Ley de Murphy”.

Corolario básico de la “Ley de Murphy”:

1. Si algo puede salir mal, saldrá mal.
2. Todo lleva más tiempo del que usted piensa.
3. Si existe la posibilidad de que varias cosas vayan mal, la que cause más perjuicios será la única que vaya mal.
4. Si usted intuye que hay cuatro posibilidades de que una gestión vaya mal y las evita, al momento aparecerá espontáneamente una quinta posibilidad.
5. Cuando las cosas se dejan a su aire, suelen ir de mal en peor.
6. En cuanto se ponga a hacer algo, se dará cuenta de que hay otra cosa que debería haber hecho antes.

Esta ley está de cumpleños, tiene 60 años de vigecia desde fu formulación.

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