Senadora María Méndez: “Se puede pelear por los pobres sin estar en el MAS”
La senadora por Convergencia Nacional María Méndez asegura
que su liderazgo político surge de la dirigencia sindical de la mano del
magisterio. Con orgullo afirma que ha cumplido 40 años enseñando y que 30 de
ellos, además, los ha dedicado a hacer una “vida sindical”.
“Yo emerjo del
magisterio urbano y eso me permite llevar la voz de los trabajadores de base”.
Méndez, la primera mujer en Bolivia en asumir la
secretaría ejecutiva de una Central Obrera Departamental, la de
Tarija, asegura que se puede pelear por
los pobres sin estar en el Movimiento Al Socialismo (MAS).
La legisladora asegura que se codeó con los dirigentes
históricos Guillermo Lora y Simón Reyes,
y que además conoce a los líderes cobistas Filemón Escóbar, Édgar Ramírez y Pedro Montes.
Incluso cuenta que
compartió “ideales” con el presidente Evo Morales. Rememora que cuando éste fue expulsado del Congreso, se encontraron en el Legislativo y conversaron. “Ahora como
estoy en la derecha, según él, ya no me reconoce”, afirma directamente.
Su naturaleza
sindical la acercaba más al MAS, ¿porqué optó por representar a Convergencia?
Nunca fui partidaria de este instrumento político del
cambio. Mi convicción me llevó a luchar por la igualdad, el respeto, la equidad
y la justicia social. Se puede pelear
por los pobres sin estar en el MAS. Porque nosotros queremos hacer una lucha
transparente y pluralista, que además involucre y beneficie a todos los que no
tienen.
Filemón Escóbar y Raúl Prada han abandonado el MAS porque
vieron que se perdió el rumbo de la historia. Ellos no querían aquello. Por lo
tanto, se están dando cuenta de que el enemigo del proletariado es el
propio Gobierno, con su falso discurso
del socialismo: dice luchar por los pobres y no
asiste a grandes sectores, como son el magisterio y la Central Obrera. A los indígenas ¡cómo los ultraja! Además, yo me identifiqué primero con la
lucha regional de mi departamento.
Antes de entrar a la
Asamblea, ¿cómo se ganaba la vida?
Soy maestra de profesión de literatura y lenguaje. Tengo 40
años de servicio en el magisterio urbano de Tarija. Nunca abandoné el magisterio fiscal, ganaba poco, pero sabía dónde estaba, y mi vocación es
enseñar. Ahora estoy con una suspensión
temporal. Al terminar mi gestión
legislativa tramitaré mi jubilación, que por derecho me corresponde.
¿Cómo cambió su vida desde que ingresó al Legislativo?
No ha cambiado. Sigo siendo la maestra de base, la más
sencilla y la más humilde, pero con convicción y con honestidad. Y esto
continuará así porque las fuerzas no se
me terminan. Además que Dios me apoya y acompaña, me da fortaleza y me da
salud.
Trabajé de día y de noche, siempre dando mi tiempo libre a
una labor voluntaria que es la
dirigencia sindical, que ahí no tenemos horas (...). Nunca he descuidado mi
hogar. Tengo dos hijos profesionales y hemos ido a los lugares más recónditos
donde quería la gente conocer a su dirigente.
Fue la primera mujer
en llegar a un alto cargo en la COB, ¿qué significó esto para usted?
Fue muy emblemático porque siempre han sido los varones los
que presidían las departamentales. Estar en ese cargo me permitió aglutinar
tanto a sindicatos, federaciones y otras asociaciones a nivel departamental y
viendo siempre estar bajo el ente matriz de la Central Obrera Boliviana.
¿Qué diagnóstico hace hoy del sindicalismo en Bolivia?
Los dirigentes están ahora al servicio de un partido y no de
las bases. Esa situación incomoda.
Esto prácticamente está debilitando a la clase trabajadora. Pero la
Central Obrera Boliviana anunció que creará su propio partido político, y creo
que es tiempo de que algún obrero reivindique esto, llegando a la Presidencia.
Caso contrario, esto se va a politizar tremendamente y cada uno va a irse por el rumbo que más le conviene.
¿Cómo diría que se
desempeñó al frente de la Segunda Secretaría del Senado?
Pese a que estamos en
la oposición, hemos recibido bastante apoyo de la presidenta, doña Gabriela
Montaño, una persona bastante abierta, muy diferente al anterior presidente,
que fue una persona muy cerrada, que prácticamente al escuchar oposición ya
totalmente quedábamos anulados. En
cambio, esta señora es bastante abierta.
He integrado la directiva, siempre he sido tomada en cuenta y respetada.
Y eso agrada.
Ella (Gabriela Montaño)
es mujer, como yo también, y, bueno, entre mujeres nos hemos entendido
bien, pese a que ella es del oficialismo y yo soy de la oposición. Pero en el
trabajo no ha primado eso. Simplemente ha habido bastante coordinación y
coherencia, y bastante oportunidad que nos ha dado.
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