Raúl Altamirano, diputado del MAS: “Aún no pude cumplir la misión que me dieron mis compañeros”
El diputado Raúl Altamirano aún no puede cumplir la misión encomendada por sus compañeros. Los campesinos tarijeños delegaron a Altamirano que gestionara una ley favorable al agro de esa región.
Mediante esa norma, aspiran a que se frene el ingreso de alimentos foráneos, los cuales -según el diputado- pueden ser producidos en el país. Además, le encomendaron lograr que los precios de los productos agropecuarios alcancen el valor que corresponde.
No obstante el tiempo transcurrido, Altamira persigue esa meta. Guarda la esperanza de que en los años que le quedan de gestión pueda lograrlo.
¿Por qué decidió postularse a la diputación con el MAS?
Porque es un partido de nosotros, los campesinos: de manos callosas y cara quemada por el sol. Ese rostro tiene el MAS, el de las grandes mayorías.
Antes de ser diputado, ¿ a qué se dedicaba?
Yo vengo del área rural, soy campesino, me dedicó a la producción de hortalizas.
¿Cómo ingresó a la política?
Ingrese a la política por un acto de bronca, de ver tanta discriminación y humillación, tanto nepotismo, tanta injusticia.
¿Cómo era su vida cotidiana antes de entrar al Legislativo?
No tenía hora. Empezaba a las cuatro de la mañana y terminaba a las once de la noche. A veces, cuando es tiempo de riego, incluso hay que amanecerse. Allá no se tiene horario de entrada ni de salida. Es un trabajo bien fuerte, bien jodido. Ahora me doy cuenta de que los trabajos que hacía eran pues matadores, labor que la siguen haciendo varios de mis compañeros. Y ahorita me siento en deuda con mi gente, porque no he podido cumplir con el pedido que hemos consensuado con ellos.
¿Qué mandato le dieron?
Que el precio de los productos valga lo que tengan que valer, no podemos ya subvencionar a la población. No pagan por esos productos lo que corresponde. La población come gratis. Ojalá que en los dos próximos años lo logre.
Mi pedido era que cierren las fronteras para los productos que ya tenemos. Esto para que por lo menos alcancemos a ganar 3.000 bolivianos al mes. Eso es lo que yo sueño, no ganamos más que 1.000 bolivianos.
¿Cuántos proyectos de ley ha presentado?
Yo presenté cuatro. El más importante es el de la salvaguarda de los productos agrícolas, como la papa, uva y cebolla. Ésa es la que más me importa. Es una ley madre que salvará al productor.
¿Qué va permitir esta ley?
El proyecto de ley plantea que se cierren las fronteras por cuatro meses y no metan productos de ningún país, porque ya hemos visto que podemos abastecer el mercado. Que nos dejen producir, para que podamos abastecer el mercado y vayamos cubriendo así poco a poco varios productos, para que produzcamos y consumamos lo nuestro.
Es mi proyecto estrella, diría yo, para el sector productivo; ojalá que los hermanos me entiendan, me ayuden estos dos años y lo hagamos para beneficiar a las grandes mayorías.
¿Cuáles son los obstáculos para aprobar leyes como la que usted propone?
Hay muchos senderos. No hemos acabado de esclarecer en la anterior legislatura y hay obstáculos en los ministerios, en las alcaldías, en las gobernaciones. Además que a veces nos ven con caras de campo: “¡qué sabe este tipo!”. Con decirnos “no se puede” nos conforman y eso es un dolor horrible.
Pero también estamos aprendiendo y vamos a tener que implementar nuestras ideas para que se cumplan, porque en caso contrario no sé qué será de la vida del campesino; o si no vamos a tener que hacer otra vez una revolución, levantarnos, luchar otra vez, porque necesitamos tener igualdad y yo estoy luchando por esa igualdad. Claro, igualdad política tenemos, gracias al hermano Presidente, pero no en el tema productivo.
¿Ganaba más antes o ahora?
Ahora gano 12.000 bolivianos, pero entre ir y venir se gasta y tengo tres casas. A mí me gustaba siempre trabajar. Lograba un sueldito de 3.000 bolivianos al mes, me esforzaba, sumando toda mi cosecha. Eso me servía, me empezaba a juntar e hice estudiar a mis hijos con ese dinero, pero es un esfuerzo terrible.
¿Está radicando en La Paz?
No. Todos los fines de semana me voy a mi casa (en Tarija).
¿Quiénes cuidan ahora su chacra?
Mi esposa y yo el fin de semana, cuando me voy de aquí . A veces lo hago en la semana regional, en las madrugadas. Tampoco estoy sembrando como antes, he reducido la siembra en un 70%, porque mi esposa no puede hacerlo.
Cuando termine su gestión, ¿seguirá en la política?
Eso depende de nuestros compañeros. Soy muy respetuoso de sus decisiones.
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Mediante esa norma, aspiran a que se frene el ingreso de alimentos foráneos, los cuales -según el diputado- pueden ser producidos en el país. Además, le encomendaron lograr que los precios de los productos agropecuarios alcancen el valor que corresponde.
No obstante el tiempo transcurrido, Altamira persigue esa meta. Guarda la esperanza de que en los años que le quedan de gestión pueda lograrlo.
¿Por qué decidió postularse a la diputación con el MAS?
Porque es un partido de nosotros, los campesinos: de manos callosas y cara quemada por el sol. Ese rostro tiene el MAS, el de las grandes mayorías.
Antes de ser diputado, ¿ a qué se dedicaba?
Yo vengo del área rural, soy campesino, me dedicó a la producción de hortalizas.
¿Cómo ingresó a la política?
Ingrese a la política por un acto de bronca, de ver tanta discriminación y humillación, tanto nepotismo, tanta injusticia.
¿Cómo era su vida cotidiana antes de entrar al Legislativo?
No tenía hora. Empezaba a las cuatro de la mañana y terminaba a las once de la noche. A veces, cuando es tiempo de riego, incluso hay que amanecerse. Allá no se tiene horario de entrada ni de salida. Es un trabajo bien fuerte, bien jodido. Ahora me doy cuenta de que los trabajos que hacía eran pues matadores, labor que la siguen haciendo varios de mis compañeros. Y ahorita me siento en deuda con mi gente, porque no he podido cumplir con el pedido que hemos consensuado con ellos.
¿Qué mandato le dieron?
Que el precio de los productos valga lo que tengan que valer, no podemos ya subvencionar a la población. No pagan por esos productos lo que corresponde. La población come gratis. Ojalá que en los dos próximos años lo logre.
Mi pedido era que cierren las fronteras para los productos que ya tenemos. Esto para que por lo menos alcancemos a ganar 3.000 bolivianos al mes. Eso es lo que yo sueño, no ganamos más que 1.000 bolivianos.
¿Cuántos proyectos de ley ha presentado?
Yo presenté cuatro. El más importante es el de la salvaguarda de los productos agrícolas, como la papa, uva y cebolla. Ésa es la que más me importa. Es una ley madre que salvará al productor.
¿Qué va permitir esta ley?
El proyecto de ley plantea que se cierren las fronteras por cuatro meses y no metan productos de ningún país, porque ya hemos visto que podemos abastecer el mercado. Que nos dejen producir, para que podamos abastecer el mercado y vayamos cubriendo así poco a poco varios productos, para que produzcamos y consumamos lo nuestro.
Es mi proyecto estrella, diría yo, para el sector productivo; ojalá que los hermanos me entiendan, me ayuden estos dos años y lo hagamos para beneficiar a las grandes mayorías.
¿Cuáles son los obstáculos para aprobar leyes como la que usted propone?
Hay muchos senderos. No hemos acabado de esclarecer en la anterior legislatura y hay obstáculos en los ministerios, en las alcaldías, en las gobernaciones. Además que a veces nos ven con caras de campo: “¡qué sabe este tipo!”. Con decirnos “no se puede” nos conforman y eso es un dolor horrible.
Pero también estamos aprendiendo y vamos a tener que implementar nuestras ideas para que se cumplan, porque en caso contrario no sé qué será de la vida del campesino; o si no vamos a tener que hacer otra vez una revolución, levantarnos, luchar otra vez, porque necesitamos tener igualdad y yo estoy luchando por esa igualdad. Claro, igualdad política tenemos, gracias al hermano Presidente, pero no en el tema productivo.
¿Ganaba más antes o ahora?
Ahora gano 12.000 bolivianos, pero entre ir y venir se gasta y tengo tres casas. A mí me gustaba siempre trabajar. Lograba un sueldito de 3.000 bolivianos al mes, me esforzaba, sumando toda mi cosecha. Eso me servía, me empezaba a juntar e hice estudiar a mis hijos con ese dinero, pero es un esfuerzo terrible.
¿Está radicando en La Paz?
No. Todos los fines de semana me voy a mi casa (en Tarija).
¿Quiénes cuidan ahora su chacra?
Mi esposa y yo el fin de semana, cuando me voy de aquí . A veces lo hago en la semana regional, en las madrugadas. Tampoco estoy sembrando como antes, he reducido la siembra en un 70%, porque mi esposa no puede hacerlo.
Cuando termine su gestión, ¿seguirá en la política?
Eso depende de nuestros compañeros. Soy muy respetuoso de sus decisiones.
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Origen:
Nació en Iscayachi, Tarija, en la comunidad Campanario, el 15 de julio del
1968.
Formación: El grado de instrucción al que
llegó es quinto básico.
Trayectoria: Fue ejecutivo de su central provincial y alto miembro de
la CSUTCB.
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