En El Alto, los liderazgos políticos se gestan a partir de las organizaciones sociales


ANÁLISIS Tres especialistas reflexionan en torno a generación de líderes políticos en las organizaciones sociales, los partidos políticos y la academia.        
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En la ciudad de El Alto prevalece el espacio sindical como gestor de liderazgos políticos, los partidos inciden en menor proporción en la creación de dirigencias, y la academia aún no es escenario propicio para germinar líderes de este tipo.     

Todos estos elementos se desprenden de la reflexión de Félix Patzi, sociólogo y ex ministro; del sociólogo y dirigente político Carlos Hugo Laruta, y del activista alteño Mario Durán.

Referirse a liderazgos políticos en El Alto, trae de inmediato a colación hablar del “espacio sindical”, que es la plaza determinante para la construcción de ese tipo de dirigencias en esta urbe, afirma Patzi.

“Liderazgos locales evidentemente no hay muchos visibles, que hayan surgido en términos políticos, sino que siempre estuvieron relacionados a alguna actividad sindical de El Alto, sean gremiales o vecinales”, dice el sociólogo.

Dos son las organizaciones más representativas de esta ciudad, las cuales se desempeñan, además, como una palestra política. La primera es la Central Obrera Regional (COR), que fue creada en 1987 y que en la actualidad agrupa a 43 organizaciones. 

La segunda es la Federación de Juntas Vecinales de la ciudad de El Alto (Fejuve), que nació en 1957 y que aglutina a más de 500 juntas vecinales. 

Entes poderosos
Mario Durán considera a las organizaciones sociales, que  “tienen un ciclo contestatario al sistema”, son  “la principal fuente” de liderazgos políticos en este municipio.

Antes de jurar como alcalde de El Alto, Edgar Patana, ocupó la secretaría ejecutiva de la COR. De igual forma, antes de ocupar el cargo de ministro de Aguas, Abel Mamani, encabezó a la Fejuve.

Roberto de la Cruz fungía como secretario ejecutivo de la COR durante la  Guerra del Gas en 2003, que derivó en la renuncia del entonces presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, y en la actualidad es asambleísta departamental de La Paz.
Esta dinámica entre los espacios políticos y sindicales está marcando la historia de El Alto, dado que se concreta desde dos ámbitos comunes, factibles y auspiciosos.

“Y al parecer, nadie practica una actividad política, sin relacionarse con el sindicato”, opina Félix Patzi.

Los partidos hacen su parte
Carlos Hugo Laruta asegura que la “vertiente organizativa” de gestación de liderazgos no es la única que tiene vigencia en esta ciudad. Desde su perspectiva existe además la “vertiente partidaria”, que va ganando relevancia.

Este especialista considera que “no es  casual” que en las elecciones municipales de abril de 2010, la candidata Soledad Chapeton, de Unidad Nacional, obtuviera el segundo lugar con una votación por encima del 30%, sin ser parte de Fejuve ni de la COR.

“Hay una especie de retorno hacia los líderes de los partidos y las agrupaciones ciudadanas. Todavía hay sin duda fuerte presencia de los líderes políticos que provienen de las organizaciones sociales, pero se está reequilibrando la situación”, afirma.     

¿Y los intelectuales?
La gran ausencia en el espectro político alteño son los liderazgos provenientes de la academia y de los círculos intelectuales. Durán y Patzi coinciden en aquello.

El primero asegura que: “no han surgido líderes con cierta capacidad técnica a partir del mundo académico, la UPEA (Universidad Pública de El Alto) o colegios de profesionales”.  

Mientras que Patzi asegura que hay bastantes intelectuales en esta urbe que no tienen “mucho éxito” en la política, no han encontrado espacios adecuados para ejercerla, o simplemente no se interesan en ella.

Así el panorama, queda la interrogante sobre si puede haber un equilibrio en torno a generación de políticos entre el corporativismo, los partidos y el mundo académico.

Laruta vislumbra que en la medida que las necesidades de El Alto se vayan satisfaciendo, la prevalecencia de la “vertiente sindical” se reducirá, como sucedió en algunas ciudades. “No estoy diciendo se va eliminar, sino va disminuir su relevancia como actor y por tanto como generador de liderazgos”.

En cambio Patzi sostiene que “al parecer, por mucho tiempo todavía, el espacio sindical va continuar siendo muy determinante para que surjan líderes políticos”.

Los defectos de los movimientos sociales, como el prebendalismo, y la ausencia de una “propuesta clara” de los partidos, le hacen ser menos optimista a Durán. “Nada va cambiar”, afirma sin ambages.  

No obstante, cree que para una transformación real de la situación se debe “llegar un momento de crisis”, cuando el común de la gente se pregunte ¿por qué estamos así? y cuestione su realidad: inseguridad, burocracia  y otros problemas.

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