Entre lo judicial y lo político: crónica y cronología del asilo al legislador pandino
Imagen: LP |
Cuando Brasil otorgó asilo al senador
Roger Pinto, éste tenía pendientes 20 procesos judiciales, todos
interpuestos por el oficialismo, en las jurisdicciones de Pando, La
Paz, Santa Cruz y Sucre.
“A cada denuncia que hice por
corrupción o narcotráfico se me abrió un proceso penal por
desacato, sedición o difamación, entre otros”, sostuvo el
legislador en una carta que difundió a los medios el 29 de mayo de
2012 a través del diputado Adrián Oliva.
Fue precisamente ese día que Pinto se
apersonó a la Embajada de Brasil de la que se negó a salir, tras
presentar el requerimiento de asilo.
Han pasado ya 11 meses y aunque el 8 de
junio de ese año Brasil oficializó la otorgación del asilo, con el
tiempo el tema dejó de ser mediático. No obstante, está claro que
la negativa del Gobierno a emitir el salvoconducto que Pinto necesita
para no ser detenido mientras se traslade al vecino país, es un
hecho que atenta contra las buenas relaciones bilaterales.
“El Gobierno brasileño decidió
conceder asilo al ciudadano boliviano Roger Pinto Molina, a la luz de
las normas y de la práctica del Derecho Internacional
Latinoamericano, y basado en el artículo 4, inciso X de la
Constitución Federal”, se lee en la web de Itamaraty.
En su primera intervención sobre el
asunto, el 12 de junio de 2012, el presidente Evo Morales declaró
que quienes buscan el “asilo político” en democracia “son los
corruptos que le temen a la justicia”.
Este posicionamiento fue corroborado y
reiterado por distintas autoridades del Ejecutivo y Legislativo,
quienes luego de conocer la decisión, lamentaron que Brasil
procediera de esa forma.
Derivados de este tema, surgieron otros
debates e incluso el Movimiento Al Socialismo aceptó debatir la
nulidad de la figura legal del desacato -casi la mayoría de los
delitos que se le imputan a Pinto se correspondía a ésta-, que
finalmente fue eliminada en noviembre de 2012.
El 14 de junio, el canciller David
Choquehuanca consideró que aún era posible que Brasil revoque el
asilo político al senador Pinto. “Todo es posible, nosotros
tuvimos un caso de los paraguayos que se les otorgó refugio en
Bolivia y una vez que el Presidente de Paraguay (...) entregó
información fundada al presidente Morales, se revocó este
refugio”, argumentó la autoridad.
El 16 de julio de 2012, la prensa
difundió que el entonces fiscal general, Mario Uribe, amenazaba con
enjuiciar a las autoridades que den un salvoconducto a Pinto.
Días después, el embajador de Brasil
en Bolivia, Marcel Biato, pidió al Ejecutivo “zanjar” el tema
del asilo político. La ministra de Comunicación Amanda Dávila
deploró las palabras del diplomático y calificó el asilo a Pinto
como una “decisión acelerada”.
En ese mismo mes se conoció otra carta
que hizo pública Pinto, en la que le dice a Morales que “abusa del
poder”, y que si bien el Ejecutivo puede negarle el salvoconducto,
no impediría que sea “auténticamente libre”. Desde entonces el
legislador no se volvió a pronunciar de forma pública.
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