El día en que San Borja se levantó contra la intervención a la marcha del TIPNIS
Fuente: ANF |
Los policías no le habían detectado
que llevaba un celular. Logró comunicarse vía mensajes de texto
con su familia, los cívicos y las “damas voluntarias borjanas”,
dando alerta sobre la situación.
Y es que el factor comunicacional ayudó
a frustrar la intervención que se desplegó contra la caravana aquel
imborrable 25 de septiembre de 2011. Este elemento además se vio
reforzado con los reportes de los medios de difusión masiva.
Cuando ocurrió el operativo, la
enfermera Miriam Chávez también se encontraba en el lugar en una
misión de asistencia médica. Ante la acción policial escapó
hacia el monte, y llamó desde ese lugar al Hospital de San Borja, de
donde la habían enviado junto a un doctor, justo ese día.
“Me han mandado a la guerra”,
“vengan a ayudarme”, “manden ambulancia”, fueron las palabras
que exclamó a sus superiores. Desde el centro médico enviaron dos
ambulancias, una para rescatarla, y la otra para socorrer a los
eventuales heridos.
Desde el bus en que se encontraba,
Párraga enviaba mensajes como “estoy bien”, “estoy amarrado”,
“vamos en buses”, “voy a San Borja”, “avisen”. No había
margen para ser más explícito, sostiene.
Párraga -entonces presidente del
Comité Cívico de San Borja- se trasladó ese día a Chaparina (a
unos 35 minutos de su ciudad natal) a repartir provisiones y un
novillo que se había recolectado para la marcha en su municipio.
“Justamente yo hacía entrega de
esos víveres, cuando de inmediato vi la tropa policial. Al ver que
éstos destruían los víveres, les increpé. Me agarraron y me
identificaron como instigador. Me tendieron al piso, me pisotean y
me ponen la cinta masquin”, relata.
Conocida la situación por los reportes
de su presidente, en San Borja los cívicos se movilizaron. La
noticia se esparció por el “boca a boca”, se tocaron las
campanas, los medios informaron, salieron los jóvenes... todos
ellos se trasladaron al camino para bloquear la vía hacia Trinidad
(Beni), por donde se estimaba pasarían los buses con los
indígenas.
Había dos razones de peso para que
muchos ciudadanos borjanos reaccionaran como lo hicieron: la marcha
que muchos recibieron el 1 de septiembre de forma afectuosa,
brindando víveres y otros insumos, había sido reprimida; y que
entre los “cargados” también estaba el principal líder cívico
de esa localidad: Párraga.
Lorgia García, otra vecina de la zona,
afirma que se enteró del hecho cuando fue a comprar ingredientes
para hacer una torta para el día siguiente. Una conocida le avisó
de los incidentes en la marcha. De inmediato, Lorgia fue a su casa y
sacó dos banderas, una de Bolivia y la otra de Beni, y se fue al
punto del bloqueo, ahí se quedó hasta que amaneció.
“Nos fuimos junto a un grupo de
señoras y taxistas. Comenzamos allá el bloqueo, en la
circunvalación, para que no pase, porque ya nos habían avisado que
venía la flota llevándoselos a los indígenas presos y a nuestro
presidente”, afirma.
En el hospital de San Borja,
anoticiados por la enfermera, a las seis de la tarde, el personal
médico envió dos ambulancias. En el trayecto, el ahora
administrador de ese centro de atención médica, Johnny Santos, vio
pasar dos flotas que llevaban a los marchistas detenidos rumbo a
San Borja.
Tras recoger Chávez, Santos también
se enteró que el médico que iba con ella, Alejandro Tintaya, había
sido “cargado” a los buses junto a los originarios. “Entonces,
nosotros llamamos a San Borja (y) comunicando eso”, recuerda.
Esa noche, el personal que se desplegó
desde el Hospital de San Borja lograron socorrer a un herido, con
lesiones. La mayoría había sido trasladada a Yucumo (a ocho minutos
del epicentro del hecho).
No obstante, una ambulancia se quedó
en la noche porque “la gente por el temor no salía del monte”,
recuerda ahora el administrador.
Cuando los buses retornaron por la
misma vía, debido al bloqueo en San Borja, los líderes cívicos
se comunicaron con Párraga para preguntarle a dónde estimaba se
dirigían. Cuando las movilidades atravesaban Yucumo, éste se dio
cuenta de la ruta y respondió: “Vamos a Rurre (Rurrenabaque)”.
Entonces, los activistas llamaron a
sus colegas de los municipios vecinos. Israel Rea, quien ahora es el
presidente del Comité Cívico de San Borja, gracias a “la
comunicación rápida que hubo” pudieron “reaccionar” y
comunicarse con sus pares en Reyes y Rurrenabaque. “Si no hubiera
habido eso, hubiéramos estado totalmente aislados”, sostiene.
Fue en Rurrenabaque donde la ciudadanía
liberó a los indígenas y fracasó el operativo para dispersar la
VIII marcha. Entonces, los originarios, fortalecidos por cómo se
habían dado las cosas en su contra, decidieron retomar la caminata
hacia la ciudad de La Paz desde el municipio de San Borja.
“Yo repetía soy médico, no les importó”, Alejandro Tintaya
Alejandro Tintaya cuenta que fue
comisionado por autoridades del Hospital de San Borja para prestar
asistencia a los marchistas del TIPNIS. El día en que se trasladó
al lugar, junto con una enfermera, ocurrió la intervención
policial.
Esa jornada, recuerda, llegaron a
Chaparina a las 11:00 de la mañana y tras instalarse, comenzaron la
atención médica. En la tarde, aproximadamente a las cinco, sucedió
lo inesperado. “Los policías vinieron como una tropa de ganado
atropellando gente”, rememora.
Asustado, comenta, le dijo a la
enfermera que se escapara. Él afirma que les repitió a los
policías: “Soy médico, soy médico”, pero afirma que “no
les importó”.
Recuerda que lo agarraron a culatazos
entre tres policías, que lo redujeron y lo enmanillaron. Cuenta
además que llevaba, entonces, una cámara fotográfica para
documentar su trabajo, pero por ello los efectivos lo acusaron de ser
“espía”, lo que generó que “con más ganas” le golpearan.
Ya en Yucumo logró comunicarse con el
hospital y desde ahí hicieron las gestiones para que lo liberaran.
Al final, después de las súplicas de un colega suyo, quedó libre,
pero las consecuencias aún le afectan.
Sostiene que durante seis meses sufrió
un trauma psicológico: “veía a un policía, quería escapar”,
y aún sufre convulsiones de por vida.
Además, perdió su trabajo y que sólo
pudo volver a trabajar cuando la oposición volvió a ocuparse del
mando de la Gobernación.
0 comentarios:
Publicar un comentario