Medios informaron y avivaron conflicto en marcha del TIPNIS


Una de cal y otra de arena. Así como se destaca el papel de los medios por difundir información relevante y oportuna sobre el conflicto del TIPNIS, también se les reprocha que en ocasiones –consciente o inconscientemente- lo hayan reavivado.

Desde distintos ángulos, cuatro especialistas analizan y reflexionan en estos párrafos acerca del papel periodístico durante los recientes acontecimientos y, en contraste, ponen en la mira a la propaganda oficial, que no estuvo exenta de protagonismo.

Las lecturas
Sin ánimo de generalizar, la socióloga Celicia Quiroga explica que los medios cumplieron una “doble función” en el conflicto reciente. En ese sentido, sostiene que, por un lado, cubrieron y difundieron información que quizá sin su concurso no se conocería o no se hubiera puesto en conocimiento en su verdadera magnitud. Tal es el caso de la intervención de la marcha indígena cerca de Yucumo.

Por otro lado, explica que el tratamiento informativo de algunos medios -sobre todo los televisivos- alentó la “confrontación” y cayeron en la “espectacularización” al difundir declaraciones y notas que avivaron la desconfianza y los “resentimientos”, incluso cuando se allanaba el camino al diálogo.

Como nunca, los medios televisivos, radiales y escritos desplegaron enviados especiales a la marcha, realizaron transmisiones en vivo (audiovisuales) y destinaron separatas y secciones específicas en el caso de los medios impresos.

Gísela López, periodista, sostiene que hubo un “cambio significativo” en la cobertura que los medios usualmente realizaban a las movilizaciones indígenas.

Esta especialista, que realizó varios estudios bajo esa tónica, dice que anteriormente en la agenda mediática no se vislumbraba a los indígenas, pese a su peso específico en el proceso que vive el país. “Sólo aparecían en ella cuando protagonizaban protestas, pero bajo el sesgo de verlos como movimientos conflictivos, que vienen a incomodar el espacio urbano”.

Sin embargo, pese a que lograron sensibilizar a la población acerca de lo indígena, López considera que la cobertura estuvo marcada “en su gran mayoría en una “intencionalidad política” de utilización de esa protesta en contra del Gobierno, que manejó mal el conflicto.

La periodista Amanda Dávila asegura que el conflicto dejó constatar que los medios “continúan ejerciendo una función de actores políticos”, además que tanto los medios estatales como los privados se comportaron como “agudizadores” del conflicto, ya que lejos de promover puntos de “encuentro”, amplificaron “posiciones radicales” y generaron discusiones “estériles”.

“En lugar de apoyar la creación de condiciones de diálogo -agregó-, buscaron quizá inconscientemente, el enfrentamiento y la violencia como ocurrió al publicar informaciones no confirmadas, o de una sola parte, que hablan de muertos inexistentes”.

Por su parte José Luis Aguirre, director del Servicio de Capacitación en Radio y Televisión para el Desarrollo, aseguró que el comportamiento de los medios privados y alternativos estuvo “a la altura de su verdadera misión y tarea” y que más allá de “algunos excesos” propios de una cobertura de esa complejidad, su labor fue relevante, ya que en la cobertura se pudo ver el afán de “garantizar el derecho a la información” de la ciudadanía.

¿Y la propaganda qué?
En contraste con la actividad de los medios, durante el conflicto, el Gobierno difundió propaganda a través de spots, cuñas y separatas, que según los especialistas no fueron efectivos.

Aguirre plantea dos puntos de análisis para reflexionar al respecto 1) acerca de la contabilidad del gasto que hubo alrededor de la propaganda en torno al tema, debido a la “profusión” de mensajes que existió; y 2) que durante el conflicto se hizo más que evidente que el aparato comunicacional del Ejecutivo “tiene una capacidad de respuesta impresionante”, pero “lo cuestionable está en que si se apega o no a la verdad” del material difundido.


>PUNTO DE VISTA
LUPE CAJíAS: Prensa y poder en el conflicto

Periodista e historiadora

Los dos meses de información masiva sobre marcha en defensa del TIPNIS afectaron muchos temas, pero sin duda entre los más destacados está el de la cobertura de la prensa independiente y, como contraste, la propaganda oficial.

El mensaje desde el Gobierno no fue efectivo porque no fue coherente, consistente ni se apoyó en datos de la realidad. Ninguna comunicación, por costosa que sea, consigue efectos deseados si no cumple esas condiciones. El Ministerio de Comunicación mostró una vez más su carencia de estrategia comunicacional interna y externa.

La prensa aprovechó al máximo una información que se convertía más vendible a medida que pasaba el tiempo, lo que contrasta con la actitud de la prensa, sobre todo paceña, de no dar importancia a los reclamos de los indígenas, meses previos.

La cobertura radial fue central para seguir a la movilización y sirvió para alertar a los pobladores de San Borja y de Rurrenabaque, quienes se autoconvocaron en una inédita protesta ciudadana. Sin el rol de ERBOL y su seguimiento, es difícil imaginar el éxito de esa movilización ante la tragedia de la intervención.

Las cadenas televisivas enviaron equipos especiales que posibilitaron conocer las escenas de los niños llorando denunciando que les jalaron el cabello, las mujeres maniatadas, los hombres golpeados. Los periódicos fueron más fríos, quizá con miedo a ser criticados una vez más por el Gobierno. Casi todos enviaron reporteros estrella.

El Gobierno criticó la portada de Página Siete denunciando la muerte de un bebé. Es importante siempre contrastar fuentes, pero a veces es imposible y más importante es salvar vidas. ¿Cómo no iba a circular la información de un bebé muerto si las mamás vieron a un recién nacido desmayado por los gases?

Cabe destacar a los medios alternativos: el servicio permanente de la Fundación Tierra, los reportajes populares de Olga Flores, los mensajes por celulares, los afiches, los cantos...

Al contrario del Gobierno, el TIPNIS contó a su favor con elementos fácilmente
comunicacionales: desde el nombre sonoro de TIPNIS, lo que junto a otros elementos calaron pronto. Los dirigentes y cada indígena sorprendieron con un mensaje sereno, articulado y con ello contrastaron los mensajes ruidosos del Gobierno. Ellos fueron sus mejores y propios comunicadores.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Amigo Mio, es un gusto ver que sigues adelante con tu bloq y que de una manera muy interesante plasmas temáticas de gran Interés y la REALIDAD de muchas cosas que la prensa no toca mucho en general. :D

En algunos casos y se mostró con este caso del Tipnis el papel del periodista se esta abocando mas al interés personal que a la ética periodística y la Imparcialidad, así como tu lo muestras, es la situación mas cierta,y me agrada saber que personas como tu muestran una perspectiva completa, clara y positiva respecto a muchos temas, y es así como se debe manejar la información para un bien común del pueblo y del estado. y no por otros intereses ajenos a al bienestar social.
Te saluda tu Amigo Werner Bross!

Publicar un comentario

Comentarios