Entre acercamientos y desencuentros: Iglesia y Estado, influencia y poder

Imagen: ED
 La relación entre el actual Gobierno y la Iglesia Católica está marcada por el desencuentro. Se sabe que cuando el presidente Evo Morales viajó en mayo de 2010 al Vaticano para sugerirle al Papa que se anule el celibato entre los sacerdotes, Benedicto XVI le respondió que la Iglesia no se entrometía en política y que debía ocurrir lo propio a la inversa.

Hace algunos meses -más de dos años después de su encuentro con el pontífice- Morales sostuvo que algunos obispos “cada día se meten más en la política boliviana”, e incluso llegó a sugerir que aquéllos deben ser denunciados ante la santa sede. 

Con la nueva Constitución que reconoce un Estado laico y las ideas encontradas entre el MAS y los obispos, no sólo se rompió el lazo entre el Estado y la iglesia católica, sino que a la par el Ejecutivo empezó a cosechar buenas relaciones con los evangélicos, los metodistas y otros.

En abril de 2012, Morales se reunió con la Asociación de Iglesias de Dios Reformadas en una multitudinaria concentración en Oruro. En esa oportunidad destacó: “Ahora todas las iglesias tienen los mismos derechos, algo que no ocurría antes”. 

Hace algunas semanas, Evo visitó la congregación Ekklesía, que lo condecoró como “líder de 2012 en Bolivia”. Ese día se declaró “católico de base”, decepcionado de los jerarcas del clero, por la postura de éstos hacia su gobierno.

“Cuando tenga cansancio, rabia, problemas que se presentan, me vendré acá para despejarme momentáneamente, para darme fuerza, aliento y de esta manera seguir trabajando por nuestra querida Bolivia”, afirmó el Mandatario.

La reciente encuesta de Data Siete muestra que hay un crecimiento de los fieles evangélicos, pero también que los seguidores de la Iglesia Católica aún son una considerable mayoría. La pregunta que sale a relucir es: ¿tener más fieles les da a las iglesias mayor peso específico en el Estado?

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“Puede afirmarse que sí. Por esa notoria mayoría, la Iglesia Católica siempre fue un factor de poder para cualquier Gobierno”, explica el analista Gustado Pedraza, quien reconoce que más allá de la CPE, esa Iglesia aún mantiene su alta influencia y poder. 

En ese marco, ¿será que el raudo crecimiento de los evangélicos los empodera ante la sociedad?
El investigador Julio Córdova sostiene que el incremento del número de fieles evangélicos “permite que estas iglesias tengan mayor influencia”, pero sobre todo a nivel sociedad. Aunque en menor medida “a nivel electoral y político”.

Córdova explica que para la Asamblea Constituyente fueron elegidos 80 asambleístas evangélicos (el 31%), quienes en la construcción del texto constitucional “influyeron en la redacción de algunos artículos, especialmente en el 63, que define el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer”.

De igual forma, identifica que en los gobiernos municipales, departamentales y nacional “hay una presencia creciente de autoridades y funcionarios evangélicos”, algo que también se reflejaría en los movimientos sociales.

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