Reconfiguración social en Bolivia: La “nueva burguesía” y su peso en el escenario actual

Abecor
¿Qué lugar tienen en la actual coyuntura del Estado Plurinacional los sectores de reciente empoderamiento económico y político?
 
¿Hay en Bolivia una nueva burguesía? ¿Surgieron o están surgiendo nuevas élites en el marco de los cambios estructurales que está experimentado el país? ¿O simplemente éstas se consolidaron en el actual contexto?

¿Se puede colegir esto del empoderamiento que algunos sectores lograron en los últimos años tanto en lo económico como en lo político? ¿Significa esto también un empoderamiento social? ¿Están en este grupo los comerciantes, los mineros, los interculturales…?

Sociólogos, politólogos y un senador oficialista reflexionan en torno a estas interrogantes y, aunque con diferentes miradas y nociones, la mayoría apunta a identificar una “burguesía” que, aunque no reciente, sí es relativamente nueva en cuanto a su peso específico en los escenarios de poder.

“Hay evidencias… para empezar en la Asamblea Legislativa (que reúne a representantes de diversas regiones y sectores de Bolivia) hay quienes pueden enmarcarse en esa nueva burguesía y son claves. Entonces, podemos decir que ya hay esa transición de lo económico hacia lo político”, sostiene Cecilia Salazar, directora del CIDES UMSA.

No obstante, tanto Salazar como el sociólogo Alfonso Hinojosa coinciden en que más allá de la actual coyuntura que visualiza e impulsa a estos sectores, su origen no hay que rastrearlo en el pasado inmediato, sino más bien hay que mirar hasta la revolución de 1952.

  “El origen de esta nueva protoburguesía, una burguesía en constitución, es la revolución del 52 y la reforma agraria, fundamentalmente. Ese momento histórico en el que esa gran mayoría campesino indígena accedió a la libertad, al ejercicio de sus derechos políticos y al mercado, como propietarios”, afirma Salazar. 

Hinojosa sostiene, por su parte, que es en los hechos del 52 “donde podemos encontrar una ruptura en término de movilidad o ascenso social, respecto a lo que la Colonia o la República conllevaron: una república de blancos y otra de indios. Eso empieza a resquebrajarse el 52”. 

Coyuntura
Sin embargo, si esta “nueva élite emergente” se tomó poco más de medio siglo para consolidarse, ¿qué representó la llegada del Movimiento Al Socialismo (MAS) al Gobierno en enero de 2006?
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“Lo que hace el MAS es expresar políticamente lo que sociológicamente ya se había producido. Ya se habían generado las condiciones sociales para que ocurra, a nivel político lo que ocurrió”, sostiene Salazar. 

Un elemento clave para entender este escenario es el proceso de inclusión que se generó a partir de enero de 2006 y que se ha expresado en su cara más visible en la ascensión de indígenas, campesinos y de personas provenientes de sectores populares en distintos espacios del aparato estatal: la Asamblea Legislativa y el Órgano Judicial, por citar algunos casos.

Hinojosa señala que hace 15 años ya se hablaba de la “burguesía chola”, en referencia a este sector de economía pujante, pero advierte que por mucho tiempo se registraba un “fuerte estigma de discriminación hacia el sector”, algo que ya no ocurre debido a que el proceso político en curso “ha incidido de sobremanera”. 

Por ello considera que el “aporte fundamental” del Gobierno respecto de esta nueva burguesía “tiene que ver más en términos simbólicos, de apertura, de aceptación, que en un empuje o en políticas claramente establecidas, como sucedió en los 70, con  Banzer respecto al empresariado cruceño”.

La acelerada urbanización y la “irrupción” en la palestra política de diferentes sectores étnicos y campesinos en el periodo 2000 - 2005 (“guerra del agua” y octubre negro”) tienen “correlato directo” con el empoderamiento de esta nueva burguesía, según Hinojosa.

No obstante, considera que su condición está “fuertemente ligada” a la lógica de su inserción en el mercado capitalista, siendo esto algo contradictorio con “el discurso de empoderamiento político que se pregona: cuidado de la Madre Tierra” o pachamamismo.

Y es que, al parecer, el peso específico de este sector en la economía aún no es del todo comprendido desde el Ejecutivo. 

Armando Méndez, economista y expresidente del Banco Central de Bolivia, asegura que el Gobierno “no entiende lo que pasa en la actual realidad económica del país: un crecimiento intenso de lo que llamamos la economía capitalista  informal”.

“Es gracias al trabajo de este sector que la pobreza ha disminuido y la economía está avanzando”, agrega. Entonces, ¿cómo incide la emergencia de este nuevo sector en la vida política y social del país?

Como factor positivo, Salazar resalta que gozan de una “gran energía para generar movimiento económico” a lo largo y ancho del país. La investigadora enfatiza en que se trata de “una cuestión fundamental que tiene que ver con la fuerza económica esencial para que el país avance”.

¿Y lo negativo? Méndez sostiene que en el sector no hay nada negativo, y que los reproches serían en todo caso para al Gobierno que no entiende que si hay informalidad en el país es porque “los impuestos son demasiados altos para una economía de baja productividad, y  que ésa es una característica en esta incipiente burguesía: que no son grandes potentados, son pequeños y microempresarios”.

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Armando, Méndez Economista

  “Hay un potenciamiento de  la economía de mercado”

Lo que está pasando en Bolivia, desde hace ya muchos años, es que hay un potenciamiento cada vez mayor del capitalismo o de la economía de mercado. 

Un hecho destacable de una sociedad capitalista, de una sociedad de economía de mercado es la aparición y el desarrollo de los propietarios, de los empresarios de todo nivel. En Bolivia eso se está dando fundamentalmente con un carácter informal. 

Mientras el Estado está yendo por una ruta norte. Bolivia está yendo por el sur. Hay una contradicción. Un Gobierno que no entiende lo que pasa en una realidad económica del país, que es un crecimiento intenso de lo que llamamos la economía capitalista e informal. Y esto, por supuesto, que tiene que ver en el avance del país.

Gracias al trabajo de este sector es que la pobreza ha disminuido y la economía está creciendo. Es decir, esto es un aspecto que hay que subrayar y que denota que Bolivia está siguiendo adecuadamente, el camino del desarrollo económico mediante el desarrollo de la economía de mercado capitalista. 

¿Aspectos negativos?, este sector no tiene ninguno. Gracias a ellos en el país hay trabajo, hay qué comer. Con su propio esfuerzo ellos están construyendo la riqueza para Bolivia.


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