"Si un decreto es bien utilizado y es a favor del pueblo, bienvenido", Carlos Aparicio, diputado del MAS

Foto: Abi

- ¿Cómo definiría en sus palabras al decreto supremo?

El decreto es un instrumento legal, válido, reconocido y jerarquizado por la Constitución Política del Estado, emanado de parte de un presidente.

Ahora bien, es un instrumento legal que es absolutamente necesario para la vida social, política jurídica de un Estado. En el país hemos tenido decretos supremos que han cambiado nuestra historia. Por ejemplo, el decreto de nacionalización emitido por el presidente Evo Morales, ahora nos trae no sólo una estabilidad económica, sino un crecimiento histórico.

- Especialistas aseguran que muchas veces el Gobierno usa los decretos para tomar ciertas medidas que deben tramitarse en el Legislativo. ¿Qué criterio tiene al respecto?

Yo creo que es una opinión intencionada de querer mostrar que el Gobierno estuviera manejándose dentro de una actitud unilateral, o sin el debido respeto a la democracia y las leyes. No es así. Lo que pasa es que el decreto es un instrumento absolutamente necesario para implementar de la manera más pronta y rápida posible algunas políticas.

- Recientemente se ha utilizado un decreto para anunciar el doble aguinaldo. Muchos opinaron que estas medidas deberían ser atribución del Legislativo, donde el MAS tiene mayoría...

Es una atribución directa del Ejecutivo, que ha sido determinada a través de decreto. No hay disposición que prohíba la emisión de un decreto para determinadas políticas. Es un instrumento absolutamente válido. Lo que hemos visto hasta ahora es simplemente una crítica sin fundamento, sin bases.

- ¿Usted cree que los decretos más que un instrumento que usa el Gobierno para imponer ciertas medidas, es un recurso necesario para apresurar algunos beneficios para la gente?

Es un instrumento directo, que está a disposición del Ejecutivo; y ese instrumento si es bien utilizado y es a favor del pueblo, bienvenido. Pero si es un decreto para quitar el trabajo, para empobrecer a los más débiles, eso es absolutamente discutible, como lo fue el 21060, que fue un decreto funesto y que fue en contra de los pobres de este país.

En cambio, si es un decreto para nacionalizar o para favorecer y distribuir las riquezas (a través de un doble aguinaldo, por ejemplo), no hay posibilidad de refutarlo. Es un instrumento valedero, un instrumento que está reconocido en la jerarquía de normas del país, en la Constitución.

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