El hombre que demandó libertad en un papel higiénico

Peters muestra el facsímil del papel higiénico que le sirvió de soporte para redactar un hábeas corpus.
Fotos: Freddy Barragán / Página Siete
Hace 41 años, el abogado Reynaldo Peters redactó ese "recurso heroico" en la fragilidad de un papel higiénico, cuando estuvo preso por rechazar el régimen dictatorial de entonces.

En el preludio de la dictadura de Hugo Banzer Suárez, allá por 1972, el abogado Reynaldo Peters (entonces de 24 años) hizo historia y rompió la formalidad del derecho al redactar un hábeas corpus en un pedazo de papel higiénico.

Cuando se le ocurrió realizar ese acto estaba preso junto a otros dirigentes en dependencias de la DOP (Dirección de Orden Político).

¿La razón de su encierro? Se oponía a respaldar a Banzer, siendo jefe de la avanzada universitaria del Movimiento Nacionalista Revolucionario.

Entonces recuerda que advirtió que ese partido no podía permitirse aquello, dado que esa acción significaba ir en contra de sus principios. "No podíamos formar parte de un régimen de terror", rememora.

Pero en aquellos tiempos, lo que hoy a la vista de cualquiera puede divisarse como un acto de coherencia política, fue suficiente justificación para que lo tomaron preso.

Una palabra que retrata de a Peters de cuerpo entero es "libertad", aquella que tanto valora y por la que se animó a escribir aquel histórico hábeas corpus, que a nivel internacional es considerado como un "monumento jurídico".

"Cuando uno ha perdido la libertad se le aguza el ingenio, y cuando uno pierde la libertad lo primero que piensa es en cómo recuperarla", comenta.

Este mes se conmemoró ese acto con la presentación del texto, de dos tomos, Homenaje a Reynaldo Peters, autor de monumento jurídico hábeas corpus en papel higiénico.

La acción y la hazaña
Freddy Barragán / Página Siete
 
 
Peters ideó redactar ese recurso tras anoticiarse, por medio de los "tiras" (agentes políticos), que su familia le iba a llevar un cambio de ropa. Ésa era la oportunidad, recuerda ahora, para comunicarse con los suyos y dar a conocer, además, que había presos políticos.

Y es que hasta ese momento, evoca, no se hablaba del asunto con precisión. Eran los tiempos en que alguien desaparecía y nadie sabía nada, era una época en que se apresaba por detalles como llevar la cabellera larga, tener barba o llamarte Fidel Castro.

"Hay que llamar la atención, creo que hay que hacer un hábeas corpus", dijo a sus compañeros de celda, quienes le replicaron de forma incrédula. Presos, incomunicados del mundo exterior, algunos le cuestionaron sobre quién lo escribiría, cómo lo tramitarían y otros pormenores.

Pero la tenacidad de Reynaldo pudo hacer lo imposible, y hasta sostiene que contó con la ayuda de la providencia. Como soporte utilizó parte del papel higiénico que le correspondía. A diario dotaban a su celda un rollo de ese papel, y los presos se lo repartían entre todos.

Peters recuerda que, "milagrosamente", en una esquina de la celda, apareció un antiguo bolígrafo con tinta seca. Con la ayuda de una vela logró derretir la tinta dentro de una tapa de crema para zapatos que usaban como cenicero, y escribió el recurso.

La forma en cómo redactó el texto muestra lo impactante que fue entonces. La dirección que puso fue el nombre de la celda donde se encontraba, El Tropezón, ubicada en la calle Ayacucho esquina Comercio.

Cuando llegó el día esperado, enrolló el pedazo de papel higiénico en sus medias sucias. Devolvió el maletín en que Rosario Sánchez Becerra, su esposa, le había llevado ropa limpia. En parte del papel, Peters escribió las instrucciones de cómo debía proceder. Le decía que evitara que se lo quiten, que lo llevara a los tribunales, y que peleara por que se lo acepte. Eso fue lo que hizo Rosario.

El recurso fue aceptado, aunque el régimen hizo todo a su alcance para que no procediera. Peters cuenta que se defenestró a los magistrados que le dieron curso, y que el tiempo de su tramitación duró más de lo debido (al menos cuatro meses) hasta que un auto supremo de la Corte Suprema de Justicia lo rechazó.

No obstante, el menoscabo hacia el régimen estaba consumado. Después de que la prensa difundiera la noticia, se comenzó a hablar de los presos políticos y de las torturas.

Con esa acción salieron muchas personas que estaban en esa condición, porque "mucha gente se fue colgando de ese humilde papel, para conseguir libertad", comenta Peters.

¿Cómo es que al final termina quedando libre?

Ellos no podían permitir que sea la justicia la que me ponga en libertad. Entonces, declaran una amnistía para fin de año, para diciembre, para las fiestas navideñas. En esa amnistía salí, pero me duró muy poco. Fueron tres días y me volvieron a tomar preso. Me tomaban preso por tres meses, por seis meses... Permanentemente estaba detenido porque me acusaban de muchas cosas, de tener contactos con gente del exterior, con Juan Lechín Oquendo, con Hernán Siles. Me acusaban de haber estado en Cuba. Cualquier cosa era válida para detenerme.

Desde el 72 hasta el momento en que se recupera la democracia, para el Gobierno de (Walter) Guevara y Lidia Gueiler, ejercí muy poco tiempo mi profesión, más paraba enchirolado.


Abecor
Usted era del MNR, ¿Por qué no hubo condescendencia, siendo que ese partido era al inicio parte del régimen?

No, porque yo me opuse a ese pacto. Yo era jefe de la avanzada universitaria y denuncié ese pacto en un congreso de la juventud. Dije que eso no se podía permitir porque eso era ir contra nuestros principios, contra el nacionalismo revolucionario.

¿Cuál es la principal satisfacción que le dio este recurso?

Este hábeas corpus más ha sido valorado fuera del país. He ganado muchos premios, muchos lauros en el exterior. Tengo el premio internacional de los derechos humanos, tengo el premio de la abogacía en derechos humanos.

He ganado muchos amigos, muchas amistades, he dictado muchas conferencias porque, claro, no es una cosa muy usual. Primero porque el hábeas corpus tiene su origen allá por el año 1.200, en Inglaterra; y en la historia, desde aquel momento, hasta ese momento, éste es el único caso en la historia del mundo. Entonces, ésa es una gran satisfacción. Sé que ha servido para eso, para que mucha gente se beneficie de esa acción, que han sido puestos en libertad.

Usted presentó este recurso en dictadura, los magistrados lo aceptaron. ¿Conoce casos en que siendo democracia no se dio luz verde a ese recurso?

Sí. Hay muchos casos de hábeas corpus que han sido presentados y han sido rechazados.

¿Y a qué factor lo atribuye?

Pueden ser presiones de orden político, básicamente, porque el hábeas corpus (ahora acción de libertad) es un recurso heroico, es una acción heroica.

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Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz:

"El papel higiénico hizo posible lo imposible"

Añadir leyenda

Alguien decía que se perdió la capacidad del asombro; sin embargo, la vida nos sorprende a cada paso y, algunas veces con humor, nos permite sonreír y pensar sobre el ingenio y la creatividad. El doctor Reynaldo Peters durante su prisión bajo la dictadura del general Hugo Banzer en Bolivia, recurrió al papel higiénico para redactar un "hábeas corpus", un recurso jurídico reclamando el derecho de toda persona a un juicio justo. El sólo hecho de utilizar papel higiénico, que lógicamente sirve para limpiarse el culo, asumió otro rol importante, aparte de higienizarse, pasó a ser un instrumento práctico para ser utilizado en un hábeas corpus. Hoy reconocido como válido y guardado como un documento original de la creatividad humana y jurídica.

Las cosas no son lo que aparentan, su uso depende de la necesidad, en este caso concreto de ser utilizado para redactar un documento jurídico, utilizando el papel higiénico y un bolígrafo, para el reclamo de justicia, eso basta. Lo que no basta es la conciencia de los jueces, algunos usados como papel higiénico. Es necesario hacer memoria del día 18 de marzo del año 1972, cuando en la celda de la cárcel El Tropezón, junto con otros presos políticos durante la dictadura de Banzer, el abogado Reynaldo dirige a la Corte Superior de Justicia, en La Paz, en un metro de papel higiénico, el hábeas corpus que pudo ser sacado de la cárcel dentro de un calcetín sucio que fue a buscar su esposa para lavar. Pasaron décadas para ser reconocido y hoy es un "monumento jurídico internacional".

Siempre tengo presente la rebelión de los estudiantes de mayo del 68, cuando proclaman: "Seamos realistas, pidamos lo imposible". El papel higiénico hizo posible lo imposible, de llevar ante la justicia el hábeas corpus, para algo más que limpiar traseros.

* Carta tomada del libro Homenaje a Reynaldo Peters, autor del monumento jurídico hábeas corpus en papel higiénico.

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