Incidencia política: El “proceso de cambio” inspira a los líderes de la nueva izquierda española

Abecor


El principal líder de PODEMOS estuvo en Bolivia en diciembre de 2005 para observar el proceso que iniciaba el MAS entonces. Más de ocho años después llegó a Bolivia como líder de un partido que descolla en España, y que amenaza con eliminar el bipartidismo que prevalece en ese país.

El español chatea desde Bolivia con un compañero suyo, que está en su país. Con suma emoción, le comenta a su interlocutor que a "aquí están ganando los nuestros". Es el 18 de diciembre de 2005, y el MAS y Evo Morales consiguen el poder.

Las cifras son elocuentes: más del 50% del electorado consuma el hecho, un hito desde el retorno del sistema democrático en 1982. El extranjero frente al computadora es Pablo Iglesias, el líder de PODEMOS, el partido que está generando un revuelo en España. Su interlocutor: Íñigo Errejón, alto dirigente del frente que logró posicionarse como una fuerza relevante en España.

PODEMOS consiguió 1,2 millones de votos y ganó cinco eurodiputados en elecciones recientes; y amenaza, además, con romper el bipartidismo del sistema español, que oscilaba entre el PSOE y el PP.

Pero, aquella vez no fue la primera ni la última que Iglesias visitaría Bolivia. La más reciente fue en septiembre, cuando junto a dos de sus correligionarios inició una gira por varios países de la región, entre ellos Uruguay y Ecuador. Bolivia fue la primera parada.

El vínculo entre PODEMOS y la experiencia boliviana tiene ese raigambre, y quizá el lazo más definitorio es el intelectual y el reflexivo. De ello hizo gala Iglesias, cuando a fines de septiembre dictó una conferencia junto al vicepresidente Álvaro García Linera, en el auditorio del Banco Central de Bolivia.

En esa oportunidad, el líder español mencionó que la genealogía y el ADN de PODEMOS "están directamente vinculados con Bolivia, de una manera mucho más estrecha de lo que muchos podrían imaginarse".

Y el vínculo es más estrecho de lo que uno puede imaginarse... Íñigo Errejón, quien se desempeñó como jefe de campaña en las elecciones que catapultó a PODEMOS, realizó su tesis doctoral sobre el MAS y su supremacía política. El estudio se denomina: La lucha por la hegemonía durante el primer gobierno del MAS en Bolivia (2006-2009): un análisis discursivo.


Versión publicada  en Ideas de Página Siete.
En la parte conclusiva del trabajo, entre otras cosas, se sostiene que "se ha defendido en esta investigación que en Bolivia han existido dos regímenes hegemónicos -el nacionalismo revolucionario de 1952, el neoliberalismo de 1985-, y en la crisis del Estado neoliberal se ha ido conformando una tercera hegemonía expansiva, que se ha consolidado durante el proceso constituyente y el primer gobierno de Evo Morales (2006-2009)".

No sólo eso. El presidente Morales e Iglesias sostuvieron una reunión privada el 27 de septiembre en Santa Cruz, un encuentro en el que Iglesias alabó "la valentía de los gobiernos verdaderamente patriotas" como el de Bolivia, que son "un ejemplo para los pueblos del sur de Europa", según comunicado de PODEMOS.

La concepción que tienen este partido español respecto del surgimiento de los proceso progresistas de América Latina es que se suscitaron porque hubo una "crisis de régimen", la cual abrió la oportunidad para el cambio.

En la conferencia referida, Iglesias dijo que ellos miraban con "envidia" los procesos políticos de la región, y que lamentaban, al mismo tiempo, que no hubiera las condiciones necesarias para que países como el suyo los pudieran experimentar.

Pero pasó lo impensable: la crisis de 2007 en el mundo -según refirió- sirvió para crear en los países del sur de Europa situaciones de crisis de régimen, para propiciar una suerte de oportunidad de cambio.

Durante su estadía en La Paz, Iglesias definió al grupo que lidera como "gente ordinaria" que "conoció" y "trató de aprender" de las experiencias políticas como la de Bolivia. En suma, la idea del político se resume en que "vieron que se puede ganar" desde sectores de izquierda, incluso después de la caída del Muro de Berlín.

El ingreso de Iglesias a la palestra política comenzó a partir de un programa televisivo, que llevaban adelante de forma "precaria" en una estación local de España. De ahí en más, fue Iglesias quien se destacó y saltó a los medios masivos como analista político.

Si bien su presencia en los medios estatales de España estaba vetada, según contó, su imagen floreció en los medios privados que lo invitaban más por los índices de audiencia.

"Me hicieron crecer, crecer, crecer hasta el punto de convertirme en uno de los comentaristas políticos más conocidos del país, y claro, debieron pensar que yo no tenía más aspiraciones ni más ambiciones que convertirme en un tertuliano de televisión. Y no era así", afirmó el político en La Paz.

Distintas encuestas de intención de voto muestran que PODEMOS goza de un apoyo de más del 20%, y que se ubica como la tercera fuerza partidaria en España, a pesar de que emergió a la vida política este año. El Huffington Post informó el jueves que la más reciente encuesta electoral efectuada en España "confirma el fin del bipartidismo, con la irrupción de PODEMOS".

Más de ocho años después del chat que le enviara Iglesias a Errejón, aquel pisó nuevamente suelo boliviano. Pero esta vez para dictar la conferencia "Alternativas políticas para la crisis global", el 26 de septiembre de 2014.

Al culminar su alocución en esa actividad sostuvo: "Estamos aquí, no para dar conferencias ni para enseñar nada. Estamos aquí para preguntar, para aprender qué es lo que significa el cambio político, cuando eso ya no solamente es reflexión de intelectuales en las universidades, o cuando eso ya no es solamente la disputa de la política en el terreno electoral, sino cuando eso significa ser gobierno y enfrentarse a todas las contradicciones, a todas las dificultades (...)".

Entonces también conferenció el vicepresidente García Linera, quien le dijo a Iglesias: "Métanle, porque los necesitamos".

Fragmentos de la tesis de Íñigo Errejón

Evo, el símbolo
El símbolo principal de lo indígena es, naturalmente, el presidente Evo Morales. Su biografía personal y política no encaja sin dificultades en el imaginario indigenista-comunitarista, pues viene del liderazgo sindical campesinista, habla principalmente castellano como resultado de su migración del altiplano aymara de Oruro a los valles cocaleros y quechua-hablantes de Cochabamba, y su imaginario político está más influido por el nacionalismo antiimperialista de la izquierda tradicional que por el katarismo. Pero, efectivamente (…), Evo es la mejor representación de un amplio bloque social, el significante en el que cristalizan muchas identidades políticas, entre ellas las indígenas. Su vestimenta, su habla, sus formas de relacionarse con los gobernados y de hacer política y, por encima de todo, la demonización primero y menosprecio después de la que ha sido objeto por parte de las élites blancas -y una cierta condescendencia no exenta de racismo en los medios internacionales- contribuyen a fraguar un poderoso símbolo político.

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El tercer régimen hegemónico
 
Se ha defendido en esta investigación que en Bolivia han existido dos regímenes hegemónicos -el nacionalismo revolucionario de 1952, el neoliberalismo de 1985- y en la crisis del Estado neoliberal se ha ido conformando una tercera hegemonía expansiva, que se ha consolidado durante el proceso constituyente y el primer gobierno de Evo Morales (2006-2009). Éste último régimen hegemónico, que aquí se califica como nacional-popular indígena ha instituido un nuevo sentido común según el cual la necesaria refundación estatal tiene que adaptar las estructuras políticas a la "nación verdadera" que tiene en su núcleo articulador a los sectores empobrecidos e indígenas, plebeyos en fin, como la esencia nacional (...).

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Su estación de llegada: Cuba
Una interpretación con alguna difusión en círculos académicos pero con mucha acogida en un nivel divulgativo es la de Bolivia como parte de un proyecto regional "boliviariano" cuya locomotora sería Venezuela y su estación de llegada Cuba. Esta interpretación sigue una lógica acumulativa, según la cual los costes sociales de las reformas neoliberales, unidas a una cierta "memoria" de los sectores populares que nunca olvidaron del todo su tendencia revolucionaria, explican un estallido agravado en Bolivia por la marginación de la mayoría indígena. El "estallido" boliviano, no muy diferente de los procesos vividos en Ecuador, Venezuela o incluso Nicaragua y Paraguay, se entiende entonces como una pieza de una composición mayor, que pareciera guiada por una voluntad latinoamericanista subyacente a todos los procesos (…). Una cosa es afirmar que hay dinámicas regionales abiertas que se alimentan mutuamente de las experiencias y condiciones comunes, como sucede con aquellos que defienden la existencia de un "nuevo constitucionalismo latinoamericano" (…) y otra muy distinta subsumir, en esquemas omnicomprensivos, las particularidades de cada proceso político local. En todo caso, se puede proponer un esquema explicativo alternativo, que sobre las similitudes encontradas en procesos políticos diferentes, establezca generalizaciones regionales, y no al revés. Esta parece una línea de investigación fértil para estudios futuros.

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Identidad hegemónica
De la construcción de este nuevo horizonte en el que se inscriben las demandas y aspiraciones de diferentes sectores sociales se deriva el liderazgo político indiscutido del Movimiento Al Socialismo, encarnando esta identidad nacional plebeya conformada. El liderazgo del MAS se expresa no sólo en sus triunfos electorales o en los avances de las reformas institucionales estructurales, sino sobre todo en su capacidad para fijar los términos en los que se mueve la contienda política nacional. La identidad política hoy hegemónica en Bolivia se fraguó, como ya se ha expuesto a lo largo de esta investigación, en las movilizaciones contra las reformas económicas neoliberales (...).

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