“Hay que reconocerles a las ONG su aporte como escuelas de formación”, Carlos Romero, ministro de Gobierno

- ¿Algunas ONG se metieron más de lo debido en la política boliviana? 

- Depende de los casos. Hay ONG que cumplen más trabajos técnicos: apoyan procesos productivos, prestan servicios sociales. Hay otras  que en algún momento, a título de fortalecimiento organizativo, puede ser que traspasen la frontera o los espacios naturales de una organización, y ahí yo reafirmo la crítica de la suplantación de rol dirigencial.

Pero las ONG en sí mismas no están prohibidas de hacer política...  política en el sentido amplio del término, digamos, en el sentido de aportar políticas públicas. Ahora que haya ONG que tengan vinculaciones partidarias,  es otra cosa.

- Cuando el MAS asumió el Gobierno muchas autoridades provenían de las ONG, ¿cuál es el panorama actualmente?   


- Evidentemente. No tengo una contabilización en este momento, pero muchos de nosotros venimos de las ONG. El  canciller Choquehuanca, por ejemplo, ha tenido una experiencia de trabajo muy importante en el mundo de las ONG; el ministro de Obras Públicas, Vladimir Sánchez, igualmente. Son dos que se me vienen en este momento a la mente... además de mi persona.

Y es que las ONG han sido una escuela muy importante para los actuales gestores del aparato de Estado. Pero no sólo en este tiempo, también en otros momentos históricos. En ese sentido,  hay que reconocer el aporte de las ONG como escuela de formación de cuadros técnicos.

- ¿Cuándo la relación ONG-Gobierno entra en tensión? 


- Cuando éstas suplantan su rol como organización, cuando las ONG subordinan la visión de conjunto de la realidad social y corporativizan su tema de trabajo. Ahí se producen las tensiones.

- ¿Amerita iniciar un  debate sobre el nuevo rol que deberían tener las ONG en Bolivia?  
 

- Lo que pasa es que en Bolivia han cambiado las agendas. Antes, generalmente las ONG eran portadoras de ejes temáticos que se posicionaban en la agenda pública, a partir de la influencia de organismos externos.
Ahora Bolivia atraviesa otras condiciones. Tiene estabilidad económica, tiene crecimiento sostenido, tiene un Estado fuerte, tiene un sistema político que se ha cohesionado y estabilizado, tiene políticas de Estado muy claramente definidas. Entonces, hay una agenda.

Yo creo que el desafío es que las ONG también respondan a esa agenda de Estado para que puedan contribuir de la mejor manera posible a la profundización de las políticas públicas.

*Foto de Abi

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