Un líder con legado pero sin sucesor a la vista: Chávez y el rol de sus herederos


Abecor
 “Compañeros, lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados”.  Ésta es  la frase que Hugo Chávez pronunció el 4 de febrero de 1992 tras su fallido golpe de Estado contra el   entonces presidente venezolano Carlos Andrés Pérez.
Aunque quizás entonces no lo supo, esta breve frase marcó su horizonte político a mediano plazo, pues esos sus objetivos finalmente se cumplieron seis años después. Tras ser indultado, luego de estar dos años preso, fue elegido Presidente en 1998, y luego ratificado y reelecto en 2000, 2006 y  2012, mandato último que no pudo asumir debido al agravamiento  de su salud que finalmente tuvo desenlace fatal el pasado martes.
Querido por muchos, odiado por otros, cosechó alianzas -algunas polémicas- y enemistades por igual. Es así que su muerte no pasó inadvertida para nadie. Hasta Barack Obama, presidente del   país blanco de sus mayores  críticas, se pronunció tras su desaparición. 
Y es que más allá de posturas e ideologías, no se puede ignorar su obra e influencia. En Bolivia, analistas y políticos coinciden en que el líder deja un legado que se expresa en el retorno del nacionalismo a Latinoamérica, en un  estilo nuevo de hacer política, además de  una visión fresca de integración.
Y sobre quién, a nivel regional está en posibilidades de tomar la posta de su liderazgo, el analista español Carlos Malamud es categórico: ni Evo, ni Correa, ni Fernández o ningún otro  tiene el carisma, el poder económico y, sobre todo, el respaldo de una coincidente coyuntura histórica emergente en varios países, que sí tuvo Chávez
“La significación de Chávez es histórica: de una nueva época que  tiene como contenido principal un proceso que cambió la correlación de fuerzas continental, y que nos permite encontrar alternativas de construcción de sociedades distintas desde América Latina”, afirma el senador masista  Adolfo Mendoza.  
 Herencia e impronta
A nombre de la implementación del  socialismo del siglo XXI -del que se reclamó como uno de los gestores e impulsores-   Chávez extendió el papel del Estado en la economía venezolana a través de nacionalizaciones y medidas  de corte social, siempre a la par de un  radical discurso antiimperialista. 
Para el periodista y escritor Fernando Molina, el mayor legado de Chávez es el “retorno del nacionalismo latinoamericano, al que contribuyó más que nadie”. 
“Es una figura comparable, en ese sentido, a Paz Estenssoro, Perón y Haya de la Torre. Como buen nacionalista coqueteó con el autoritarismo y los militares y por eso su legado más peligroso puede ser el retorno del militarismo”, asegura.
Ilya Fortún, comunicador social y la politóloga Helena Argirakis coinciden en que lo que quedará de Chávez es el ejemplo de su manera diferente de hacer las cosas.
“Queda una visión muy fresca de hacer política sobre todo ante los poderes establecidos dentro de los países, pero también  fuera, en términos globales”, dice  Fortún. 
Argirakis, por su lado, menciona   el modo   “franco” de hablar del Mandatario y  la consecuencia de su discurso antiimperialista. La especialista destaca que la política de Chávez  no sólo abarcó el escenario venezolano, sino que se extendió    a una perspectiva continental,  “como un todo”, continuando el “legado de Simón Bolívar”.
Chávez fue el impulsor del ALBA, que nació el 14 de diciembre de 2004, para “alcanzar la verdadera integración” de la región,  y como una alternativa frente al ALCA capitaneado por EEUU.  También logró ver su cometido con la creación de la CELAC, entidad que sumó a Cuba, y excluyó a EEUU. Otra iniciativa fue  Petrocaribe, que facilita  el acceso al  petróleo a 18 pequeños países.
¿Y el sucesor?
“Se va a generar un impulso simbólico al proceso de cambio en América Latina, un proceso que ya está más allá de sus propios líderes”, afirma Mendoza en referencia a quién podría emular el rol de liderazgo del desaparecido Presidente.
Fortún considera que es “muy pronto para decirlo”, dado que hay que   esperar cómo se desarrollan los eventos en Venezuela, que deberá elegir nuevo Mandatario.
Antes de partir por última vez a  tratarse a Cuba, en diciembre de 2012, el líder bolivariano  instruyó a los venezolanos que si le pasaba algo apoyen a Nicolás Maduro para que tome las riendas en  su lugar.
Todo indica que el actual Vicepresidente no tendrá problemas para formalizar su mandato en Venezuela, pero ¿podrá remplazar a Chávez en el ámbito regional? Y si no es él, ¿qué posibilidades tiene Evo de  asumir ese liderazgo  vacante?
Fernando Molina responde sin rodeos: “la sustitución de Chávez se juega en Venezuela”, pues es el único país que tiene las capacidades económicas...  para sostener un rol protagónico internacional. Por ello, el escritor  considera que “el líder será Maduro, si gana las elecciones en su  país”.
“Sus declaraciones sobre el cáncer de Chávez como un complot del ‘enemigo’ muestran que Maduro quiere sustituirlo  en el movimiento antiimperialista”, afirma. 
Por otro lado, Fortún piensa  que Evo Morales tiene “toda la oportunidad  y el derecho”  de remplazar a Chávez, pero -en la misma línea que Molina-  afirma que “no es fácil asumir un liderazgo político en la región, si no se tiene la espalda económica”.
Mendoza, por su parte, sostiene que “no se trata de quién remplaza a quien”, sino de cómo  contribuir “a profundizar este proceso de cambio en América latina”, dado que “el liderazgo regional lo han tenido los pueblos de América Latina  y lo tienen los movimientos sociales que guiaron las revoluciones de cada uno de nuestros estados”.

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