El pensamiento del Gobierno sobre los medios de comunicación

 

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"Quiero reconocer a algunos medios de comunicación, profesionales, que permanentemente nos hacían recomendaciones, pero también algunos periodistas satanizaron permanentemente la lucha social; permanentemente nos condenaban con mentiras".

Así se refirió el presidente Evo Morales a los medios y periodistas en su discurso del 22 de enero de 2006, tras asumir la Presidencia.

"No soy experto en temas de comunicación, pero como pueblos somos víctimas, a veces, de los diferentes medios de comunicación", dijo el Mandatario el pasado 15 de octubre en la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Plata de Argentina, cuando fue nombrado profesor titular honorario de la Cátedra de Estudios Sudamericanos y Comunicación.

Es evidente que la incidencia de los medios en la opinión pública siempre ha sido una inquietud para cualquier gobierno. Y no es para menos, más de un analista hace referencia al poder e influencia de éstos.


 ¿Pero cómo percibe el Ejecutivo a los medios? ¿A través de qué ejes se puede hacer una aproximación al pensamiento del Gobierno sobre aquéllos?

Con el fin de responder a estas interrogantes, Ideas recurrió a la investigadora Karina Herrera, al periodista Rafael Archondo y al director de la carrera de Comunicación Social de la Universidad Católica, Rafael Loayza.

De las consultas, se detectan al menos dos criterios en ese sentido: ver a algunos medios como a una "trinchera" de sectores desplazados del poder, ante el advenimiento del MAS y el "proceso de cambio"; y, por otro lado, una actitud diferenciadora entre el rol de los propietarios y el de los periodistas.

"Desde la elección de 2005 ya se configuró un escenario de confrontación del partido que ahora es oficialista y algunos medios masivos. Lo que empezó ahí siguió ahondándose en la primera gestión del Gobierno", afirma Herrera.

¿Cómo se los concibe?

El triunfo del MAS en 2005, con el 54% de respaldo electoral, también se expresó en la retirada de una élite política de la administración del Estado.

Precisamente en este detalle radica un primer elemento que se atribuye al pensamiento del Ejecutivo sobre algunos medios y que se expresa en la idea de que el bloque de poder desalojado del Estado se "atrincheró" en los medios, y desde esa instancia actuó contra el Gobierno.

"Ante todo se caracterizaba (a los medios) como los enemigos, la representación de ese viejo bloque de derecha que estaba dejando el poder y que era desplazado por nuevos sectores hegemónicos", explica Herrera.


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Se definió a los medios -prosigue la investigadora- como parte de ese bloque porque se asumió que fueron sus aliados, especialmente en la "etapa neoliberal"; y se reconoció que desde los medios "se hizo una confrontación política de los sectores que abandonaron el manejo estatal".

Al respecto, vale la pena examinar una frase del presidente Morales pronunciada en Argentina, recientemente: "Llegamos a la Presidencia, ni se imaginan: los medios de comunicación eran los mejores opositores (…) como estábamos en la etapa de nacionalización, todos los medios de comunicación estaban contra el Gobierno, contra el Evo Morales, de todo nos acusaban".

 Según sostuvo el vicepresidente Álvaro García Linera -en una reunión del Comité Ejecutivo de la Unión Latinoamericana de Agencias de Noticias, efectuada en julio de 2012 en el país-, cuando en los 80 se produjo el boom de las redes privadas de televisión, los sectores políticos conservadores se involucraron en el "ámbito mediático" y crearon sus redes informativas.

"De tal manera que el siglo XXI, cuando se da la transformación revolucionaria en el Estado y los sectores indígenas y populares llegan al poder, ya había un terreno preparado que hizo que sectores políticamente dominantes, antes, ahora están desplazados del poder y se atrincheraron en las redes mediáticas", aseguró entonces García.

Por su parte, Archondo sostiene que en otros casos se habla de que "hay algunos medios vinculados a posiciones políticas o eventualmente intereses que el Gobierno ha calificado de antinacionales".

En todo caso, sostiene: "En general ha habido una posición muy crítica de parte del Gobierno frente a los medios y ha habido una confrontación que no ha cesado hasta el día de hoy".

El segundo eje

La otra línea que se atribuye al Ejecutivo en su pensamiento sobre los medios es la distinción que se hace acerca del rol de los propietarios y los periodistas.

"Creo que el otro eje fundamental es que a veces se ataque directamente a los propietarios y se considera que éstos deben ser diferenciados de los periodistas. Entonces, en algún momento el Gobierno plantea que éstos han ido marcando la línea informativa y que los periodistas a veces han sido víctimas de esas imposiciones", asegura Archondo.

Al respecto, Morales en Argentina aseguró: "Cuando dicen la verdad, el dueño o jefe de prensa lo está despidiendo ya, no es que todos los periodistas son malos; lamentablemente están sometidos, a veces, chantajeados por los propietarios de los medios de comunicación".

Los especialistas coinciden en que siempre hubo tensión entre el poder y los medios. No obstante, parece ser que la particularidad del actual vínculo entre el Ejecutivo y éstos está en las acciones que toma el Gobierno respecto a los segundos.

"Antes, los gobiernos en general trataban de intermediar con los medios, con la sociedad, aun cuando estaba claro que muchos tenían sus compromisos o sus conflictos de intereses empresariales o políticos. Sin embargo, los gobiernos, sobre todo en la época del neoliberalismo, jamás atacaban a los medios, desnudando esos compromisos o intereses", sostiene Rafael Loayza.

Este especialista considera que en la actualidad se perdió ese "pudor", dado que desde el Gobierno se sostiene que distintos medios "defienden intereses particulares"; y, por otro lado, se detecta que los medios asumieron una "línea pro gubernamental o antigubernamental de frente".



Los Tiempos

Mientras que Archondo sostiene que el Gobierno, a diferencia de otros, identificó a algunos medios con "nombre y apellido" y les hizo críticas concretas, algo que abrió el debate para saber si los juicios del Gobierno son correctos o no.

Pero a la par de todo este panorama se vislumbra que desde el Ejecutivo se ha potenciado "su esquema comunicacional", según refiere Herrera.

"Entonces ahí hay otro esquema: potenciamiento de los medios estatales, creación de este brazo operativo propagandístico en todos sus escenarios, con el Ministerio de Comunicación, y no podría definir un concepto, pero sí una avanzada hacia posturas también que son pro oficiales de algunos medios que son aparentemente privados".

Bolivia TV es el primer medio del país en transmitir en "alta definición", el periódico Cambio renovó su diagramación y amplió su llegada de ejemplares a más poblaciones rurales, la agencia ABI renovó de igual forma su portal en internet y el sistema de radios comunitarias suman al menos 30 emisoras, las cuales se ubican principalmente en el área rural, según un informe del periódico Cambio, publicado en diciembre de 2012.

Loayza concluye al respecto que desde que asumió el presidente Evo Morales, desde el Gobierno se dejó de considerar a los medios como "intermediadores de la sociedad", dado que el Ejecutivo "quiere mediar directamente con la sociedad, prescindiendo de los medios masivos".

En todo caso, Herrera se refiere a dos escenarios respecto a la tensión entre el Gobierno y los medios. El primero lo caracteriza como de una "confrontación sistemática", durante los primeros años de mandato del MAS; algo que en el segundo escenario "aflojó", ya que los medios bajaron "un poco esa tensión" y ese protagonismo.

Esto último tiene que ver, según identifica, con razones que todavía no están claras. "Por ejemplo, el cambio de propietarios que ha influido en algunos medios y en otros que han visto que también su propia situación financiera puede quedar vulnerada en un enfrentamiento con el Gobierno".

Morales, en una entrevista realizada por El Deber, declaró que antes sentía que el 80 y 90% de los medios eran sus opositores. "Ahora quedan 10% o 20% de opositores. No es que necesite apoyo, sino que digan la verdad", sostuvo.

Para el cierre, Archondo reflexiona sobre la permanencia de una postura en el Ejecutivo desde los inicios de su gobierno:

"Al principio -al igual que en el pasado- hay la posición de que los medios son adversarios políticos, que en algún momento se los califica como la oposición o parte de ella. Me parece que en ese sentido ha habido un discurso que se ha mantenido de forma constante, estable. Y me parece que dura hasta el día de hoy".


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PUNTOS DE VISTA
Eduardo Maldonado, senador del MAS

"Una relación que no está exenta de tensión"




Página Siete

En todo sistema que se precie de democrático es fundamental la presencia de los medios de comunicación; pero además así también es fundamental que se garantice el respeto al derecho a la información, a la libertad de opinión.

En todo tiempo, los medios jugaron un rol importante. Es evidente que esa relación entre el poder y los medios de comunicación no esté exenta de momentos de tensión, y eso pasa en todo gobierno, no sólo en éste.

En todo gobierno hay momentos en los que como producto de una agenda informativa, producto de los temas que hacen a la actualidad, por el grado de sensibilidad que éstos tienen, bajo ciertas coyunturas o circunstancias, siempre acaban generando un ambiente de tensión entre los órganos de poder, no solamente el Ejecutivo, y los medios de comunicación social.

En el ejercicio de la función pública sí existe muchas veces la necesidad de encarar con tino, mucho cuidado, cualquier declaración pública y desde los medios de comunicación debe haber el sentido de responsabilidad para el manejo ecuánime y equilibrado de la noticia.

Es decir, en ambos lados tiene que haber un sentido de un deber hacia la opinión pública.

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 Germán Antelo, senador de Convergencia Nacional:  

"Hay una tendencia agresiva del Gobierno"



Página Siete

No puede haber democracia sin medios de comunicación libres e independientes. Lamento muchísimo las tendencias que hay en el Gobierno de intentar apoderarse de los medios, muchas veces de manera directa, otras con "palos blancos" y eso lo que hace es coartar la libertad de expresión, evitar que la agenda asuma información y por lo tanto se fijen criterios propios.

En democracia nunca debemos permitir que los medios de comunicación terminen cooptados por aquellos que están en el manejo del poder.

Lo que se ve ahora es una tendencia agresiva del Gobierno de primero combatirlos, muchas veces hasta mofarse de ellos, hacerlos ver como que representan a sectores minoritarios y no al conjunto de la población.

Se vislumbra el intento de incidir en que los medios de comunicación mienten, cuando en realidad asumen un papel de investigación y de fiscalización.

Eso es lo que veo en la última etapa: una actitud de agresión directa a los medios de comunicación, y por último si ellos pudieran callarlos, creo que lo harían. Si no fuera que el mundo entero está observando de manera permanente, yo creo que si pudieran los callarían.

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Karina Herrera, investigadora:

"La democracia no puede prescindir de los medios"

 


Todos los gobiernos saben del poder que tienen los medios, pero también saben de que ese poder en el último tiempo ha sido relativizado por varios factores: la llegada de otros medios a través de internet, un periodismo más ciudadano, más abierto, con otra clase de fuentes; pero también por el tema de que los medios en este tiempo de apego a la legitimación de las políticas neoliberales sufrieron un desgaste de credibilidad, que han tratado de recuperarlo y que obviamente en algunos casos sí lo lograron.

Pero no se puede soslayar que las democracias que estamos viviendo, con todas sus limitaciones, no pueden prescindir del trabajo de los medios. Si hay algo que puede ir más allá de un contacto directo entre el líder, el presidente, la autoridad y la ciudadanía; si hay algo que va más allá y que puede realmente tener un alcance mucho más vasto, es el dispositivo mediático. Entonces de ahí su preocupación, de ahí que los medios sean permanentemente la preocupación de los gobiernos, porque no se puede construir gobernabilidad con una actividad sistemática de desprestigio, de deslegitimación o de progresivos cuestionamientos a la gestión gubernamental.





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Rafael Archondo, investigador

La animadversión ha sido una tendencia general

Página Siete


Es normal que los medios se dirijan en muchos momentos como una especie de contrapoder, porque los medios se deben, en gran parte, a una audiencia; y necesitan gozar de cierta credibilidad. Esta credibilidad se logra a partir de una diferenciación de los medios, con respecto al poder político, fundamentalmente.

Entonces, no me parece que estos gobiernos, me refiero al de Evo, al de (Rafael ) Correa o al de (Hugo) Chávez y después (Nicolás) Maduro, hayan tenido una animadversión particular contra los medios. Yo creo que ésa ha sido una tendencia general de todos los periodos gubernamentales.

No hay que olvidar que en el periodo conocido como neoliberal el sistema RTP (Radio Televisión Popular) fue clausurado el año 1988. Es decir, eso no ha pasado todavía en el gobierno de Evo Morales, la clausura de un medio.

En ese mismo periodo, ese mismo año, el director del semanario Aquí, Antonio Peredo, estuvo preso varios meses.

Entonces, difícilmente se puede decir que los anteriores gobiernos eran más benevolentes con los medios. Considero que ése es un síntoma de poca memoria.
  

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