Un abrazo en Charaña, 39 años después
Foto: El Mercurio. |
Un
abrazo de los dictadores Hugo Banzer y Augusto Pinochet selló el
principio de una de las más relevantes negociaciones que encaró
Bolivia para volver de forma soberana al océano Pacífico. Así, el
8 de febrero
de 1975, Bolivia y Chile dieron comienzo
a
lo que se conoce como la “negociación de Charaña”.
“Esta
negociación
tiene la característica de que logró el mayor avance a la
posibilidad de un acuerdo”, sostiene el
internacionalista Alberto Zelada
Castedo.
El
asunto ganó interés tras que se conociera el fallo de la Corte
Internacional de Justicia de La Haya en la controversia de límites
marítimos entre Chile y Perú. Durante el proceso contencioso se
hizo referencia a la negociación de Charaña, considerada por los
especialistas como una de las más importantes de la segunda mitad
del Siglo XX .
¿Pero
por qué se considera a este proceso como tal? Zelada explica que en
ese proceso convergieron tres
aspectos importantes:
1)
Bolivia,
por primera vez, planteó de
forma clara
cuál era su pretensión; 2)
Chile
aceptó negociar una cesión territorial de un corredor al norte de
Arica; y
3)
Perú estuvo de acuerdo que entre Chile y Bolivia se negocie una
cesión territorial de ese tipo.
En
los tres estados había un presidente de facto. En Bolivia, estaba
Banzer, en Chile, Pinochet; y en Perú Francisco Morales Bermúdez.
La pregunta es si ¿Este factor incidió en el proceso?
“Efectivamente, era un momento en el que había
militares en los gobiernos y los tres tenían, claro, una afinidad
política y eso seguramente influyó para que haya un resultado
positivo”, responde
Ramiro Prudencio Lizón, diplomático e historiador.
Prudencio
Lizón fue primer secretario de la embajada de Bolivia en Chile
cuando se dio el proceso de negociación de Charaña. Es autor de un
libro histórico sobre esas tratativas.
El
Libro Azul, editado por la cancillería nacional, expone que durante
esas tratativas Bolivia
le pidió a Chile la cesión de una costa marítima soberana en la
línea de la concordia, la que debería prolongarse a través de una
faja territorial soberana hasta la frontera boliviano- chilena.
Prudencio
Lizón explica que el proceso fracasó por dos aspectos: el
planteamiento de Perú (una zona trinacional), cuando Chile le
consultó en atención al Tratado de 1929, y el debilitamiento que
sufrió el gobierno de Banzer.
“Cada
vez se fue debilitando y la compensación territorial que al
principio el gobierno de Banzer había aceptado, después ya no tuvo
la capacidad para sostener esa compensación”, afirma.
“Ambos
aspectos -agrega
el diplomático-
debilitaron tanto que llegó un momento en que Banzer, acorralado,
decidió cortar las negociaciones”.
Sobre
la mención de Chile de este proceso, Zelada Castedo y el
diplomático Gustavo Aliaga coinciden
e que la referencia sirve al litigio que Bolivia interpuso contra
Chile, puesto que constituye un elemento de prueba que encaja en la
lógica de la demanda boliviana.
>>> Puntos
de vista
Karen
Longaric, Internacionalista
"Es muy prematuro anticipar un criterio"
Es
muy prematuro anticipar un criterio sobre si la mención al caso
Charaña va a favorecer a Bolivia o no. Hay que hacer un análisis
profundo de lo que ha sido el fallo, tanto en la parte considerativa
como en la parte resolutiva. Después de ello, recién podremos
aplicar ese análisis de la Corte, realizado en el proceso
Perú-Chile, al caso Chile-Bolivia.
Marcelo Antezana, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado
"Esa
mención repercute para Bolivia"
Esta
mención repercute para Bolivia, porque si bien no vamos a poder
recuperar la totalidad de nuestro territorio perdido, pero sí lo que
nos interesa hoy por hoy, que es tener un acceso libre y soberano
hacia el Pacífico, y por lo menos yo apoyo la tesis del trueque
territorial que se trató en la negociación de Charaña.
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[Entrevista] "Charaña nos dejó una base de negociación futura"
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