“La libertad de expresión está en crisis en Bolivia”, Alberto Zuazo Nathes, periodista
Fotos: Pablo Peralta Miranda. |
Entrevista Zuazo Nathes trabajó en
medios impresos y en agencias internacionales. Recientemente publicó
Delirios por el Poder.
Alberto Zuazo Nathes quizá sea el
periodista más visto en el mundo, por la foto en que aparece junto
al cadáver del Che, tras de que éste pereciera en su intentona
guerrillera en Bolivia. Era 1967. Pero ello, asegura, no le ha
beneficiado en absoluto.
Su experiencia comprende, entre otras vivencias, haber sido apresado por el gobierno de Luis García Meza por publicar una nota que molestó al régimen, y haber sido liberado -tras gestiones de una colega- bajo condiciones como ser mesurado y comprender a ese gobierno. Pregunta: ¿cumplió Zuazo esas condiciones? “Absolutamente no”, responde.
Comenzó a ejercer periodismo en los albores de la revolución en el diario La Nación. Su itinerario incluye medios impresos y agencias internacionales. En esta entrevista, entre otras cosas, hace un diagnóstico de la situación de la prensa y sostiene que la libertad de expresión en el país está en “crisis”.
¿Cómo es que decidió dedicarse al
mundo del periodismo?
De la manera menos prevista. Tenía
pensado estudiar derecho, pero un colega -el periodista Luis
Martínez C.- me indujo a que vaya a trabajar en La Nación, el año
1952; y tanto me insistió que de esa manera soy periodista.
Con la revolución se clausuró el
diario La Razón, que pertenecía al señor Carlos Víctor Aramayo,
que era uno de los tres grandes mineros del país. Se mantuvieron El
Diario, Última Hora (no había Presencia). La radio prácticamente
no informaba en ese tiempo, no tenía boletines informativos, y
tampoco teníamos televisión. De manera que se sentía muy poco lo
que podía hacerse en contra de la libertad de expresión.
Sin embargo, es bueno anotar que
tampoco había la seguridad suficiente como para considerar que uno
estaba con absoluta independencia. En lo que atañe a mi experiencia
en el diario La Nación, que era del gobierno del MNR -donde entré
de reportero y terminé siendo jefe de redacción, a lo largo apenas
de tres años- nunca recibí una orden o una instrucción para que
modificara una información, para que buscara una información o para
que titulara de otra manera. Nunca. Yo mismo estoy sorprendido hasta
estos días.
Lo único que hacía el director de ese tiempo, Saturnino Rodrigo, era ir a las nueve de la mañana a visitar al Presidente a Palacio, y ahí conversaban sobre el editorial del día siguiente. En eso consistía el diario oficial.
Presidió la Asociación de Periodistas de La Paz en tiempos de dictadura ¿Qué impresiones le ha dejado aquello?
Extrañamente fui presidente de la APLP
en el gobierno de (Hugo) Banzer del 70 al 72, y en el gobierno de
Luis García Meza, el 80 y 82. Indudablemente que conllevaba una
situación de crispación en el ánimo periodístico. Siempre los
periodistas no aceptamos gobiernos de fuerza, por principio elemental
que tenemos. Banzer ejerció bastante represión política. Pero en
cuanto a su comportamiento con la prensa casi no recuerdo que hubiera
tenido alguna complicación. Pero siempre un gobierno de fuerza
limita al periodista. De hecho no es necesario que lo repriman, pero
ya lo ponen en guardia, por lo menos.
Y cuanto al caso de García Meza sí
hubo una represión total a periodistas, detuvieron a toda la planta
de redactores del diario Presencia, de El Diario... de otros medios
de ese tiempo. Fue un gobierno represivo, específicamente contra el
periodismo.
Recientemente publicó un libro con un
título muy sugestivo Delirios por el Poder. ¿Por qué lo llamó de
esa forma?
El ser humano tiene distintas
gradaciones emocionales. Cuando uno está muy enamorado, por ejemplo,
llega al delirio. Está pendiente de su pareja, sueña con ella, en
fin. En el caso de buena parte de los políticos sucede algo por el
estilo por el poder. Les gusta, para eso son políticos, para ejercer
poder político.
Algunos de ellos ponen en riesgo su
vida para tomar el poder, intervenir el poder, el parlamento y lo
hacen con apasionamiento, como lo hace un enamorado y llegan incluso
al delirio, especialmente por la Presidencia.
¿Decir que en la actualidad la prensa
está en una situación complicada es algo catastrófico?
Le voy a hablar como siempre he sido,
en el plano periodístico, muy equilibrado e imparcial. Pero siento
mucho que en la actual gestión de gobierno hay una intención muy
clara de tener bajo su control los medios de comunicación, en unos
casos muy disimulada, en otras ocasiones comprando medios, y además
emitiendo leyes importantes por las que se restringe la libertad de
expresión en el país.
Consiguientemente podemos decir que en
Bolivia la libertad de expresión está en crisis. También es
honesto decir que si bien la información es la más sensible para el
Gobierno, sorprendentemente la opinión no tiene grandes
restricciones. Alguno que otro ha debido ser tal vez amenazado o
advertido, pero yo personalmente -debo ser totalmente honesto
también- escribo normalmente columnas de opinión y nunca se me ha
llamado por teléfono o una persona se me acercó y dijo no diga esto
y no diga el otro.
Para terminar: El periodista trabaja
con palabras, ¿cuál es la que más le gusta?
No había pensado en elegir alguna,
pero una que eligieron en Inglaterra, también la hice mía también.
En la sociedad británica hicieron un amplio sondeo de opinión, y
escogieron que el término más querido, y emocionalmente mucho más
significativo era el de la “madre”.
Tuve el privilegio de tener una madre
muy sacrificada. Quedó viuda, tuvo que enfrentar sola la vida. Me
enseñó los valores que debe tener una persona, me enseñó a rezar,
me llevó a la iglesia y a sorprendentemente actos políticos. De
esa manera le tomé afición a ir al Parlamento y escuché a algunos
oradores que eran realmente muy excepcionales.
HOJA DE VIDA
Origen: Es oriundo de Tarija.
Galardón: Es Premio Nacional de
Periodismo.
Trayectoria: Trabajó en La Nación, El
Diario, y en la AOL UPI.
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