Fenómeno: Cuando la acción de los sargentos se convirtió en un movimiento social

Analistas y especialistas reflexionan en torno al conflicto de suboficiales y sargentos, y cómo su protesta terminó configurándose en un movimiento social.

"No somos golpistas, queremos dignidad", "no somos golpistas, pedimos igualdad", son algunas de las frases que escribieron las esposas y familiares de suboficiales y sargentos, en las pancartas que llevaron durante el recorrido de la marcha, el pasado martes, desde El Alto hacia la sede del Gobierno.

Esa caravana fue la quinta que realizaron desde que se agudizó el conflicto protagonizado por los sargentos y suboficiales, cuya escalada comenzó con la declaratoria de "paro indefinido" que determinaron el 21 de abril, y que tuvo, además, como antecedente previo la huelga que establecieron sus esposas.

En suma, esta acción de protesta, que lleva más de una semana de vigencia, se convirtió en un "movimiento social", según analistas y especialistas consultados. Y es que el periplo de la movilización, los repertorios desplegados, las demandas (incluso pidieron hablar con el Presidente) encajan en las dinámicas de los movimientos de interpelación al Estado.

"Se trata efectivamente de un sector (suboficiales y sargentos) que pasa a convertirse en un movimiento social; pero no es cualquier sector, es gente armada y entrenada militarmente", sostiene el sociólogo Ricardo Calla.

La respuesta invariable del Ejecutivo frente a los militares movilizados se centró en que éstos deben encauzar sus inquietudes a través del "conducto regular". Sin embargo, los suboficiales replicaron que habían seguido esa vía "desde hace varios años", y que más bien eso sirvió para que sus solicitudes no lleguen a "los escalones superiores", donde toman decisiones.

Históricas y coyunturales
El porqué de la conversión de la protesta de los sargentos y suboficiales a un "movimiento social" debe analizarse a través de dos criterios: uno histórico y el otro, coyuntural.

El historiador y general en retiro Fernando Sánchez explica que el origen de este fenómeno debe rastrearse hasta la gestión del presidente René Barrientos (1966-1969), quien dio las condiciones para que se cree la primera asociación de suboficiales.

"Esta crisis ha sido un especie de estallido de algo que se venía previendo hace tiempo que iba a ocurrir, porque se les estaba dando muchas alas, dejándolos trabajar como sindicato y, a la larga, tarde o temprano, un sindicato ha de hacer nomás su pliego petitorio. Y aquí está", explica.

Desde el lado de los movilizados, el abogado Juan Carlos Revollo sostiene que el meollo del asunto tiene que ver con "igualdad", en cuanto al trato en el ejercicio de las aspiraciones que todo ser humano tiene: "iguales condiciones para todos", sostuvo.

Pero también en la reflexión debe mirar hacia lo coyuntural: la etapa de transformaciones estructurales del Estado que se vive en el país -y cuya punta de lanza es la nueva Constitución- ;y la forma, además, de cómo encarar desde el Estado los conflictos.

El sociólogo Ricardo Calla identifica que una de las razones del conflicto emergió debido a la hiperpolitización de las "dinámicas de descolonización" que ha desplegado el Gobierno.

Pero también tiene que ver con la incapacidad para gestionar los conflictos, y darle una resolución adecuada.

"En vez de establecer una negociación ipso facto, una vez surgido el primer conato de conflicto, el Gobierno en actitud prepotente -que no es buena para negociar- pasó a despedir y a castigar algunos de los que ellos consideraban insubordinados", afirma.

La medida más fuerte que se tomó desde el Estado en contra de las movilizaciones es el retiro obligatorio de 715 suboficiales y sargentos, aunque el martes se dejó sin efecto 187 de estos retiros .

Argumentos y ¿Pliego?
Durante las movilizaciones, los suboficiales y sargentos no hicieron conocer un pliego petitorio propiamente dicho; sin embargo, sus inquietudes están plasmadas en el proyecto de ley de reforma a la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas que redactaron, y que quieren que se trate en el Legislativo.

El documento plantea al menos 10 modificaciones a esa norma militar. Entre ellas se eliminan las categorías de suboficiales y sargentos y en su lugar se establece un ascenso a "oficiales técnicos", a la vez que pregona la igualdad de oportunidades para que todos los miembros de esa institución accedan a la educación, salud, capacitación y formación, sin restricciones.

"El tema acá es que se está proponiendo que se abran los canales correspondientes para el tratamiento de un proyecto de ley que es una determinación absolutamente legislativa y es absolutamente legal y constitucional", señala Revollo, abogado de los suboficiales.

Pero ¿cuestionan algunos artículos de la norma? "No estamos yendo en contra de un articulado, en contra de una norma en forma específica porque eso sí se consideraría insubordinación y desobediencia", sostiene el abogado.

¿Hay margen para los cambios?
Samuel Montaño, experto en temas de seguridad, afirma que el reclamo de los suboficiales y sargentos "es justo y correcto", porque considera que la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas "debe ser modificada en toda su extensión para atender todos los requerimientos de todo aquel que aspira a ser militar", aunque sostiene que los métodos que están utilizando para hacer conocer sus reivindicaciones "tal vez no sean los adecuados".

Las razones de su análisis las centra en que en Bolivia la estructura social se refleja también en las Fuerzas Armadas, y que se expresa en que, por ejemplo, si alguien es de "clase media pudiente para arriba", tiene camino expedito para ingresar al Colegio Militar si lo desea.

Pero -agrega- si el postulante es de clase media para abajo, sin los medios suficientes, deberá resignarse a ser sargento "y por supuesto para la gente pobre está el servicio militar obligatorio", dice. En otras palabras, el especialista advierte un conflicto de clases.

Sánchez explica que dentro de la estructura de las Fuerzas Armadas los cargos de suboficiales y sargentos tienen una razón de ser: auxiliares de instrucción o técnicos (músicos, choferes, mecánicos…), razón por la cual el Estado los forma. "No son profesionales con nivel de licenciatura, por ello es que tienen ese tipo de destinos y el Ejército los necesita en ese tipo de trabajos".

"Eso es lo que están pidiendo estos señores suboficiales, están queriendo prácticamente no hacer el trabajo para el cual el Estado, las Fuerzas Armadas, han gastado un montón de dinero en su formación ", afirma.

La salida
Con todo, parece ser que el acercamiento entre los sectores en conflicto es lo más recomendable. El senador opositor Marcelo Antezana sugiere seguir con las mesas de trabajo y analizar qué modificaciones se pueden hacer a la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas. "Hay que debatir", dice.

El especialista Montaño considera que se debe cambiar la ley orgánica e incidir en la parte de formación y admisión en las escuelas matrices o colegios militares.

En cambio Sánchez señala que debería aplicarse la "justicia a cabalidad" contra los suboficiales que se movilizaron porque incurrieron en un "delito bastante grave", con manifestaciones y todas las agravantes.

PUNTOS DE VISTA

Marcelo Antezana, Senador de oposición

"Los movilizados son hijos de Evo"
El retiro de los 715 sargentos es una metida de pata. En realidad, son hijos del Evo. Han transcurrido ya ocho años de ejercicio del gobierno del presidente Morales. Son tres años de estudio, cinco de ejercicio de profesión, los sargentos iniciales y los sargentos segundos de las FFAA ya han entrado cuando este Gobierno estaba vigente.

Por eso dicen "hermano Evo" pues, y se molestan. Y piden reunirse con él, su capitán general, porque seguramente agotaron todas las posibilidades de hablar con los estamentos militares.

Y si el capitán general se reúne con los cocaleros, con los mineros, por qué no va a poder reunirse con sus hermanos sargentos para poder escucharlos. Si tan sólo con un gesto de escuchar a la gente a veces se tranquilizan estos movimientos.

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Ricardo Calla, sociólogo

"Hay un alto grado de politización"

Toda esta dinámica tiene que ver también con el alto grado de politización de los altos mandos militares que ha llevado adelante el Gobierno desde 2006. En la medida en que se ha politizado a las Fuerzas Armadas, éstas están empezando a ser un escenario de dinámicas políticas, que pueden terminar con serios problemas para el proceso democrático.

En el caso concreto que estamos viviendo, la hiperpolitización de las "dinámicas de descolonización" -como lo son también la hiperpolitización de los derechos indígenas, la hiperpolitización de las dinámica de reclamos contra el racismo- en que ha incurrido el Gobierno, han pasado a ser parte de la generación de discursos contestatarios, por ejemplo, el caso de los sargentos y los suboficiales.

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Juan Carlos Revollo, abogado de los sargentos

"El tema tiene que ver con igualdad"

El tema tiene que ver con una igualdad, en cuanto al trato en el ejercicio de las aspiraciones que todo ser humano tiene: iguales condiciones para todos. O sea, los que son capaces de lograr estudios superiores, que lo hagan y que sean reconocidos por la institución armada. En este caso todo ser humano tiene derecho a ser educado y formado, de acuerdo con sus capacidades.

El tema de la descolonización no es un presupuesto que se está inventando en el movimiento de las Fuerzas Armadas. Es la propia Constitución que nos da tarea de descolonizar, pero quienes han empezado con el proyecto no ha sido en realidad el Gobierno.

Si hay discriminación, entonces nosotros tenemos todavía esa sujeción colonial que nos está haciendo tanto daño.

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Fernando Sánchez, General en retiro

"No puede haber sindicatos armados"

En las movilizaciones se ha visto una lectura sesgada de la Constitución Política del Estado, con respecto de las Fuerzas Armadas. El artículo es el 245, refiere a las Fuerzas Armadas no deliberan, son obedientes y se rigen por sus propias leyes y reglamentos.

¿Y cuáles son esas leyes? Son aparte de la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas, el Código Penal Militar, el Código de Organización Judicial Militar, el Código de Procedimiento Penal Militar. Éstos no son códigos militares hechos por los oficiales de las Fuerzas Armadas, son leyes de la República, y esto es así porque en todos los países también lo es. Las FFAA requieren un tratamiento diferenciado en cuanto a leyes se refiere, por casos como éste: no puede haber sindicatos armados.

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