“Los desarrollos tecnológicos en vez de sepultar a las agencias, pueden catapultarlas”, Rafael Archondo, director de ANF


Fotos: Pablo Peralta M.
 Rafael Archondo, nuevo director informativo de la Agencia de Noticias Fides, afirma que el principal valor que tiene ésta es su credibilidad, cualidad que considera se debe conservar en el proceso de renovación y relanzamiento que lidera en ese medio.

Este comunicador e investigador comenzó a ejercer como periodista en 1985. Su trayectoria incluye haber trabajado en los medios Presencia, La Razón, La Prensa, Aquí, Pulso y Erbol, entre otros.

El relanzamiento que impulsa de ANF -comenta- busca romper con la idea de que una agencia de noticias brinda servicio sólo a los medios impresos, dado que considera que si una agencia desea sobrevivir requiere “mirar” también a las radios y a los canales de televisión.

¿Si tuviera que definir tu carrera periodística con una palabra, cuál elegiría?

El término sería “enriquecedor”. El periodismo es una profesión en la que se aprende mucho todos los días y donde todo lo que haces está marcado por la incertidumbre. Todo puede cambiar de un día para otro.

Por eso creo que siempre lo que uno está haciendo es enriquecedor, porque no sirve mucho los preconceptos. Uno puede tener ideas previas, pero constantemente hay sorpresas, y creo que ésa es la mayor habilidad de un periodista: poder sistematizar un poco las reacciones tuyas y de la gente frente a esas sorpresas.
 
Recientemente incursionó en el periodismo radial ¿Qué ha representado estar al frente de un micrófono?

Ha sido muy placentero. En el periodismo escrito uno espera mucho para ver los resultados. Debe tener mucha paciencia y normalmente los resultados son pobres, en el sentido de que no llega a mucha gente, poca gente lee. No hay esa retribución inmediata que te da la radio.

Sentí mucho placer porque se pueden entregar cosas rápidas, que llegan de manera directa en un formato que es mucho más accesible a todos; y en ese sentido, si bien se cometen más errores -porque no se puede, como en el periodismo escrito, elaborar más las cosas- uno poco a poco aprende a cometer la menor cantidad de equivocaciones y a ver, de forma más o menos espontánea, el producto realizado.

¿Cuál fue el factor principal que motivó aceptar el reto de dirigir la ANF?

La primera motivación es que yo pensaba que la agencia debía cerrarse. Me parecía que las agencias no tenían un lugar en este mundo, donde la información se da de forma inmediata y ya ni siquiera depende de una empresa o una institución, sino que cualquier individuo con las redes sociales puede multiplicar una información.

Pero estaba equivocado. Cuando me puse a pensar, por segunda vez, concluí que las agencias tienen un lugar muy importante, justamente en este contexto. Y que en vez de dejarse ahogar por la ola, deben subirse a ella. Más bien ahora hay condiciones tecnológicas óptimas para una agencia de noticias, cosa que en el pasado quizás no había.

O sea, los desarrollos tecnológicos en vez de sepultar a las agencias -me parece- pueden, más bien, catapultarlas a cumplir funciones que antes quizá no soñaban cumplir.

Entonces, ésa es mi principal motivación: haberme equivocado, primero, pensando que tal vez debía cerrarse, como muchos han podido pensar, y más bien animarme a ayudar en el relanzamiento y en la readaptación de lo que sería una agencia a los nuevos tiempos.

¿Cuando habla de desarrollo tecnológico, se refiere principalmente a las redes sociales?

Sí. Me refiero al hecho de que cada persona es una CNN en potencia, porque tiene posibilidades de tomar imágenes, de grabar un audio, de plantear una idea y de hacer que aquella se vuelva universal y llegue a miles de personas en tiempo real.

Si eso es así, a una agencia le corresponde hacer eso con mayor eficacia y capacidad; y en vez de pensar que las personas ya están suficientemente en contacto con la realidad, más bien lo que debe hacer es activar aún más ese contacto. No pensar que es un punto de llegada, sino más bien de que cada persona es un punto de partida para potenciar cada información que le llega.

ANF tiene 50 años de vigencia ¿qué planes tiene para conservar su espíritu pero a la vez también modernizarla?

El principal valor que tiene la agencia es su credibilidad. Tiene una tradición y para mucha gente todavía es un referente importante. Entonces, lo que más hay que conservar es la credibilidad.

Una agencia tiene más responsabilidad, al respecto, que un medio. Cuando la agencia difunde algo está llegando a todos los medios. Entonces, una equivocación se multiplica por más cuando una agencia comete un error, que cuando lo hace un solo medio.

Entonces, yo creo que la responsabilidad es mucho mayor por eso y, por tanto, el valor de la credibilidad es muy importante.

Tenemos pocas agencias en Bolivia. Tenemos una agencia gubernamental que tiene su credibilidad en la medida en que es gubernamental y que difunde informaciones oficiales. Y tenemos en parte el gran aporte que ha hecho Erbol, donde también he trabajado, y donde hay una postura tal vez fuertemente contraria a la información oficial, lo cual está muy bien; le hace bien a la democracia.
 
Quizás la ANF, pienso yo, debería ocupar un lugar intermedio entre Erbol y ABI, y obviamente aportar con esta renovación. Pero creo que la credibilidad es algo que no se puede perder y que va a estar bajo estricta vigilancia, sobre todo el primer tiempo cuando la agencia se relance.

¿Si tuviera que hacer un diagnóstico del periodismo boliviano, por dónde empezaría?

Comenzaría por la agenda que el periodismo marca. Creo que ése es siempre el elemento central. Los medios nos dicen acerca de qué debemos comentar y opinar. Obviamente, cada medio tiene distinta posición sobre distintos temas, pero la mayor influencia que ejercita un medio es en el momento de colocar sobre la mesa el menú de discusión, aquello acerca de lo cual deberíamos pronunciarnos todos.

Entonces, ése me parece que es el filtro más importante: la selección de temas y el tiempo que éstos se quedan en la actualidad y en la cabeza de la gente, porque inevitablemente también desaparecen; por más importantes que sean, resultan siendo reemplazados por otros.

Entonces, esa forma de orquestar los temas me parece que es lo más importante y creo que un diagnóstico interesante sería ver cuáles son los temas que se agendan, cuáles son los temas que no se toman en cuenta y ver un poco las razones de ese filtro, de la forma en cómo funciona ese filtro.

Creo que ése sería un elemento básico y después vería el modo en que esa selección de temas termina finalmente aterrizando en distintos formatos (entrevista, reportaje o una noticia), que quizás puede ser un segundo diagnóstico, que tiene que ver más bien con la forma, aunque igual implica mucho para el contenido.

Se critica mucho al periodismo en general, pero ¿Cuál crees que es la principal virtud del periodismo nacional?

Yo creo que el periodismo nacional tiene como principal virtud la cercanía con la gente. Me parece que ese es un elemento que quizás puede haber en otros lados, pero que en Bolivia se ha cuidado mucho. Hay medios y también periodistas que tienen una fuerte sensibilidad sobre lo que la gente está pensando.

En gran medida los medios -se ha dicho varias veces- han sustituido incluso a los partidos políticos, a las organizaciones gremiales, en la medida en que justamente se han acercado a las demandas de los ciudadanos, y creo que eso no ha desaparecido.

Quizás tuvo más fuerza en los años 90, ahora como hay una especie de mayor sensación de bienestar quizás no hay tantas demandas en la mesa para que los medios potencien esas demandas, pero creo que igual se sigue recurriendo a los medios para ese tipo de momentos, cuando el estado falla, cuando no se atiende alguna necesidad, entonces los medios aparecen como una especie de tabla de salvación.

Creo que los medios que logran sintonizar de ese modo con la gente, están de alguna manera contribuyendo a esta cualidad de nuestro periodismo.

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Nacimiento: Archondo nació el 23 de agosto de 1966.

Libros: Es autor de Compadres al Micrófono e Incestos y Blindajes.

Diplomacia: Representó a Bolivia ante Naciones Unidas entre 2011 y 2012.

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