La visita del Nobel que aprendió a leer en Bolivia


 
(Comparto la crónica que escribí para el anuario 2014 de Página Siete Los días y los hechos)

El escritor Mario Vargas Llosa llegó al país en enero de 2014. Dictó dos conferencias y recorrió las Misiones Jesuíticas de Chiquitos.

“Qué hermosa la vista”, expresó un deslumbrado Mario Vargas Llosa al ver el panorama que se alzaba frente a él, al comenzar el recorrido de las Misiones Jesuíticas de Chiquitos. Ésa fue la última parada de un viaje que no estuvo exento de polémica, en el que Varguitas dictó dos conferencias (una literaria y otra política) y concedió varias entrevistas.

La llegada del Nobel a Bolivia no sólo generó expectativa en círculos literarios, también causó revuelo entre los políticos, principalmente del oficialismo. Y es que mientras desde el masismo se fustigó la llegada del escritor, desde el terreno de la cultura y la literatura se pidió no politizar su estadía.

Días previos a su arribó, el presidente Evo Morales incluso hizo alusión a la vida privada del autor en relación con su primera esposa, la boliviana Julia Urquidi. Sin embargo, Vargas Llosa evitó responder a la mención.

En el Ejecutivo se pensaba que Vargas Llosa era enviado por el “gonismo” y que su visita formaba parte de una estrategia, ideada en “el norte” para –según dijo el entonces ministro de Gobierno, Carlos Romero- “intentar socavar los alcances del proceso” y “generar una oposición dura y radical” contra el Gobierno.

En contrasentido de aquella postura, había coincidencia entre varios escritores nacionales de que lo relevante de la visita del autor, más allá del matiz político que podía entrañar, era la presencia de un Premio Nobel de Literatura.

Vargas Llosa fue el primer escritor que llegó a Bolivia tras ser laureado con ese galardón. Pero la visita representó también un retorno al país donde vivió los primeros años de su niñez, y donde además aprendió a leer y redactó sus primeros escritos que alguna vez definió como “pre-literarios”.

“No hay duda de que mi vocación de escritor se empezó a gestar allí, en esa casa de Ladislao Cabrera (Cochabamba)”, escribió el autor en el artículo Semilla de los sueños, publicado en noviembre de 2010.


La nota publicada en el anuario Los días y los hechos.
Vargas Llosa llegó a Santa Cruz el 22 de enero, junto a su esposa Patricia. La primera actividad
pública que realizó en suelo cruceño fue brindar un coloquio literario. Un día después, dictó la conferencia Desafío de la Libertad en América Latina, en la que sostuvo que los gobiernos de corte populista están destinados al fracaso.

El 24 de enero, inició su recorrido por las Misiones Jesuíticas, junto a su pareja y dos amigos. Una crónica periodística relata que a su llegada a esa zona fue agasajado por los pobladores con bailes y regalos. Uno de los presentes que le obsequiaron fue un bastón de mando, que le entregó una autoridad indígena.

Pese a esa agitada agenda, Varguitas se dio espacio para atender entrevistas, en las que reveló detalles como que escribe poesía, pero que al final termina por eliminar esas creaciones. ¿Los motivos? “Yo creo que eso que dijo Borges es muy cierto, que en la poesía sólo se admite la excelencia”, respondió.

También confesó que odia los teléfonos de toda clase, y que evita contestarlos. “Yo no tengo teléfono, yo no contesto el teléfono, odio el teléfono. El teléfono es un enemigo que quiere destruir mi tiempo, impedirme escribir y leer”.

Tras su visita al país, Vargas Llosa publicó el 9 de febrero un artículo en el diario español El País, en su columna Piedra de toque. El texto no versó sobre política ni literatura, sino sobre su recorrido por las Misiones Jesuíticas de Bolivia.

El escritor evocó: “Cuatro siglos después -de la llegada de los misioneros- se puede decir que la Chiquitania es una de las regiones más melómanas del mundo, donde la música barroca sigue tan viva y actual como en el siglo XVIII, matizada y coloreada de sabor local por unas comunidades cuya idiosincrasia concilia, de manera admirable, lo tradicional y lo moderno, lo artístico y lo práctico, el español y la lengua aborigen”.

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