Cuatro claves de la llegada del papa Francisco a Bolivia


Abecor
El Sumo Pontífice de la Iglesia Católica hizo gala del conocimiento de categorías y conceptos que se manejan en el país, recibió el regalo más polémico (el tallado del Cristo sobre la hoz y el martillo) que generó revuelo internacional, pidió diálogo en el tema mar y pronunció el discurso más emblemático, en el que criticó al sistema económico imperante en el mundo.

"El Alto te ama y te espera de pie", gritó la gente que aguardaba a Francisco, cuando el papamóvil salió del aeropuerto en dirección a las calles de El Alto.

De ahí en más, un rasgo que selló su descenso hacia la ciudad de La Paz, el pasado miércoles 8 de julio, fue lo raudo que pasó ese vehículo por los distintos puntos de su recorrido. "Pasó como una bala. Apenas lo vi, después de esperarlo tanto", contó un ciudadano que esperaba largamente en el Obelisco.

En Santa Cruz, donde partió después de cuatro horas y donde transcurrió la mayor parte de su visita al país, pronunció su discurso más emblemático, con críticas al sistema imperante en la economía mundial. Protagonizó, además, una de las ceremonias más conmovedoras cuando visitó la cárcel de Palmasola. "El que está ante ustedes es un hombre perdonado. Un hombre que fue y es salvado de sus muchos pecados", manifestó ante miles de reclusos.

Pero además de aquellos episodios, la visita del Sumo Pontífice de la Iglesia Católica dejó marcado su paso a través de al menos cuatro aspectos, que se repasan a continuación.

Las referencias a la CPE

Cuando Francisco pronunció su primer discurso en el país, en el Aeropuerto de El Alto, llamó la atención el conocimiento que ostenta de categorías y conceptos propios del proceso de tranformaciones estructurales que vive Bolivia.

Una referencia, en ese sentido, fue la que hizo al prefacio de la nueva Constitución Política del Estado, cuando aludió a la belleza de los parajes nacionales.

"Me alegro de estar en este país de singular belleza, bendecido por Dios en sus diversas zonas: el altiplano, los valles, las tierras amazónicas, los desiertos, los incomparables lagos. El preámbulo de su Constitución lo ha acuñado de modo poético: ‘En tiempos inmemoriales se erigieron montañas, se desplazaron ríos, se formaron lagos (...)’".

También habló sobre la diversidad cultural de Bolivia, de las 36 lenguas originarias, de los símbolos patrios y de dos categorías que el presidente Morales menciona en distintas intervenciones: originarios milenarios y originarios contemporáneos.

Sobre ello, Francisco dijo: "Pero sobre todo (Bolivia) es una tierra bendecida en sus gentes, con su variada realidad cultural y étnica, que constituye una gran riqueza y un llamado permanente al respeto mutuo, al diálogo entre pueblos originarios milenarios y pueblos originarios contemporáneos; cuánta alegría nos da saber que el castellano traído a estas tierras hoy convive con 36 idiomas originarios, amalgamándose -como lo hacen en las flores nacionales de kantuta y patujú, el rojo y el amarillo- para dar belleza y unidad en lo diverso".

El Sumo Pontífice también se refirió -en el discurso que brindó en la Catedral de La Paz- a los principios constitucionalizados ama qhilla, ama llulla, ama suwa (no seas flojo, no seas mentiroso ni seas ladrón) y los calificó como "virtudes" y "mandamientos".

Espinal y la cruz polémica

Las imágenes muestran a Francisco en el papamóvil, frente a un gentío, ubicado en el Plan Autopista. Aquellas fotos quedan para la posteridad como el reflejo de un acto de notable relevancia: el homenaje que efectuó el Sumo Pontífice al sacerdote jesuita Luis Espinal, quien fue asesinado a principios de los años 80.

"El padre Espinal predicó el Evangelio y ese Evangelio molestó y por eso lo eliminaron. Hagamos un minuto de silencio en oración y después recemos todos juntos", fueron sus palabras en el acto.

Sin embargo, otro hecho -relacionado también con el mártir- fue uno de los aspectos que marcaron la primera jornada de la llegada del Papa, e incluso generó repercusiones internacionales.

En Palacio de Gobierno, el presidente Evo Morales le entregó al Sumo Pontífice una réplica del Cristo sobre la hoz y el martillo que talló Espinal en los años 70 (también le regaló el Libro del mar y su autobiografía, entre otros presentes).

El revuelo generado fue de tal magnitud que en una entrevista que Morales concedió a CNN, una de la preguntas de rigor fue sobre el asunto. "El padre Espinal ha estado con los pobres, ha sido torturado antes de ser asesinado; ese padre ha diseñado, ha tallado, ha hecho la cruz con el martillo y la hoz. No es invento de Evo Morales, sólo estamos recuperando ese mensaje del padre Luis Espinal", explicó el Jefe de Estado a la cadena internacional.

El tema no se quedó ahí. A su retorno a el Vaticano, el 13 julio, Francisco concedió una conferencia en la aeronave que lo trasladó a la Santa Sede. En ella reconoció que cuando vio el tallado "fue una sorpresa" y aseguró que el trabajo se puede etiquetar como del género de "arte de protesta".

Acto seguido, explicó a los comunicadores que Espinal fue asesinado en 1980, una época en la que "la Teología de la Liberación tenía muchas ramas" y una de ella proponía el "análisis marxista de la realidad".

"Espinal era un entusiasta de este análisis de la realidad marxista y también de la teología usando el marxismo. De esto vino esta obra", expresó, antes de afirmar que "para mí no fue una ofensa".

"¿Dónde quedó la cruz?", le preguntó un periodista en la nave. "La traigo conmigo", respondió el Papa.

Diálogo en el tema mar

Antes que Francisco pise suelo nacional se conoció que no iba a referirse a temas políticos, argumento que para más de uno significó que no trataría el tema marítimo. Pero el Papa sorprendió a todos cuando habló de diálogo entre Bolivia y Chile y generó más sorpresa cuando días después manifestó que la demanda de Bolivia no es injusta y abrió la posibilidad de mediar en la controversia, pero "sería como un último paso".

Ocurrió durante su intervención en la Catedral de La Paz, el mismo día que llegó a la sede de Gobierno. El Papa dijo: "El desarrollo de la diplomacia con los países del entorno, que evite los conflictos entre pueblos hermanos y contribuya al diálogo franco y abierto de los problemas, hoy es indispensable. Estoy pensando, acá, en el mar. Diálogo, es indispensable. Construir puentes en vez de levantar muros".

En ese encuentro también sostuvo que en todos los temas, incluido los "más espinosos", se pueden alcanzar soluciones compartidas, razonables, equitativas y duraderas.

Luego, en la conferencia que brindó en la aeronave que lo trasladó a el Vaticano, explicó que en esa intervención tocó el tema "de una manera muy delicada", teniendo en cuenta la demanda planteada por Bolivia contra Chile en la Corte Internacional de La Haya.

"Quedó claro que fue una intervención frente a este problema, pero respetando la situación como está planteada ahora. Es cierto. Estando en un tribunal internacional no se puede hablar de mediación, de facilitación. Hay que esperar", aseguró.

 Un "cambio redentor"

Una de las cosas por las que se recordará la llegada de Francisco a Bolivia es el discurso que pronunció durante la clausura del Encuentro Mundial de Movimientos Populares, que tuvo lugar en Santa Cruz, el 9 de julio. Para muchos fue el "más fuerte", otros lo tildaron de "revolucionario".

En esa instancia, criticó al sistema que impera en la economía, habló de la necesidad de un "cambio redentor", además que propuso tres tareas urgentes.

"Digámoslo sin miedo: queremos un cambio, un cambio real, un cambio de estructuras. Este sistema ya no se aguanta, no lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los trabajadores, no lo aguantan las comunidades, no lo aguantan los pueblos (…). Y tampoco lo aguanta la Tierra, la hermana Madre Tierra, como decía San Francisco", manifestó.

Al referirse a los movimiento sociales afirmó que el futuro de la humanidad está, en gran medida en su capacidad de organizarse y promover alternativas creativas en la búsqueda cotidiana de "las tres T" (trabajo, techo, tierra), y en su rol protagónico en los " procesos de cambio, nacionales, regionales y mundiales".

Afirmó que el Papa no tiene una receta para el cambio y que ni él, ni la Iglesia tienen exclusiva para interpretar la realidad. "Ni el Papa ni la Iglesia tienen el monopolio de la interpretación de la realidad social ni la propuesta de soluciones a los problemas contemporáneos.

Me atrevería a decir que no existe una receta. La historia la construyen las generaciones que se suceden en el marco de pueblos que marchan buscando su propio camino y respetando los valores que Dios puso en el corazón", expuso.

No obstante, Francisco propuso tres tareas -que dijo- requieren el aporte de los movimientos sociales: primero, poner la economía al servicio de los pueblos; segundo, unir nuestros pueblos en el camino de la paz y la justicia y tercero, defender la Madre Tierra. "La casa común de todos nosotros está siendo saqueada, devastada, vejada impunemente", alertó.

Cerró su participación con palabras que denotan la confianza que pone en la gente y en su capacidad movilizadora. "El futuro de la humanidad no está únicamente en manos de los grandes dirigentes, las grandes potencias y las élites. Está fundamentalmente en manos de los pueblos", expresó el Papa. Así fue el paso de Francisco por Bolivia.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios