¿Descentralización a la vista?




El ministro de Autonomías sostiene que se da un paso más en la consolidación del Estado autonómico; desde la oposición se sostiene que de fondo se dilucida la desconcentración de poder. Este texto se publicó en el suplemento Ideas de Página Siete.


 El referendo para aprobar los estatutos autonómicos, el próximo 20 de septiembre, ha generado un escenario previo de disputa entre el oficialismo, que impulsa este proceso, y líderes de oposición que están en contra de esos documentos. 

En el Ejecutivo se sostiene que la puesta en marcha de estos instrumentos representa un paso más en la consolidación del Estado autonómico. Las voces divergentes, en cambio, se centran en que no se trata de un avance y hay posicioness que incluso hablan de que en ciertos estatutos se consagraría el centralismo, elemento que se quiere superar.

Los puntos de discrepancia los manifestaron con más fuerza líderes de La Paz, Cochabamba y Potosí. En este último departamento, Jhonny Llally, presidente del Comité Cívico Potosinista, lidera la campaña por el No.

En Cochabamba, una voz disonante que se escuchó en la última semana es la de la exdiputada Rebeca Delgado; en La Paz, el gobernador Félix Patzi es quien con mayor notoriedad se expresó en contra del texto.

De los tres, Llally denunció que sufrió agresiones físicas en los viajes que realizó por el interior de su departamento. Mientras que el accionar de Patzi estuvo más circunscrito a emitir declaraciones a los medios, al igual que Delgado, quien además forma parte de foros en los que se debate sobre este tema.

Una miniconstitución
El estatuto autonómico es la norma institucional básica de las entidades territoriales autónomas, establece la Ley Marco de Autonomías. Esta norma dice que aquel instrumento jurídico expresa la voluntad de sus habitantes, define sus derechos y deberes, además que establece las instituciones políticas de estas entidades, sus competencias, la financiación de éstas, los procedimientos a través de los cuales los órganos de la autonomía desarrollarán sus actividades y las relaciones con el Estado.
En suma, hay quienes consideran que lo que se aprobará son en realidad miniconstituciones.

Desde el oficialismo se expresa que lo que se juega en el plebiscito es la mejora de la gestión de las entidades subnacionales, la puesta en marcha de las competencias y la posibilidad de un vínculo más estrecho del Estado con el ciudadano.

"La ciudadanía se juega la posibilidad de que el Estado se acerque más; que los departamentos pongan en vigencia efectiva sus competencias; que mejoren el perfil y la cualidad de sus gobiernos; que desarrollen su autoadministración en sintonía constitucional y que puedan desarrollar con mayor eficiencia y eficacia la administración y la solución de las necesidades de los ciudadanos, como también la construcción de la agenda de reducción de la pobreza", explica el ministro de Autonomías, Hugo Siles.

Sin embargo, además de la descentralización del aparato estatal, también se juega la desconcentración de poder político, sostiene Rebeca Delgado.

"En el fondo lo que se busca es la desconcentración del poder político y la descentralización en términos administrativos, que implica que las regiones sean protagonistas de su desarrollo. Es decir, decidirán qué quieren, cómo quieren y que tengan ingresos, pero una autonomía sin ingreso fiscal, sin hablar de que el Pacto Fiscal no sirve, es una autonomía de papel", comenta.

Esta líder explica que los estatutos que se pondrán a consideración del electorado "no son avances" y detecta "omisiones que pueden ser peligrosas, en cuanto a desarrollo". Agrega que "no se puede hacer ningún avance si no tienes recursos".

Las voces en contra
De los líderes que expresan divergencia, Llally es quien emprendió una gira por poblaciones de Potosí, en la que difunde una campaña a favor de No, algo que le ha llevado a tener problemas, puesto que ha denunciado agresiones en su contra en Uncía y la localidad de Tres Cruces de parte -sostiene- de gente afín al oficialismo.

Este dirigente señala que un tema central que menoscaba al estatuto de Potosí es la cuestión de la centralización de las decisiones en temas relevantes que están condicionados a consultas con el Ejecutivo, elemento que también se advierte en el estatuto de La Paz, según Patzi.

"Si nosotros aprobamos tal como está el estatuto, vamos a aceptar el saqueo de todos los recursos naturales. Éste es un estatuto autonómico centralista. Todo es con previa consulta al Gobierno nacional. Debemos gestionar ante el Gobierno nacional para tener empresas públicas departamentales. O sea, no podemos nosotros decidir si queremos contar con una empresa departamental o una empresa mixta pública", sostiene Llally.

Esta semana Patzi declaró que el contenido del estatuto de La Paz "no sirve", ya que "basta tener una Constitución o la Ley Marco de Autonomía" porque se tendría que consultar todo al nivel central y, por tanto, no se tendría autonomía.

"Este documento no nos permite desenvolvernos de manera autónoma; tal como están las cosas basta tener la Constitución y la Ley Marco de Autonomía, para qué vamos tener un documento que no va a servir", afirmó Patzi.

En torno a Patzi también se ha generado una polémica sobre su participación en el proceso de redacción del estatuto. El ministro Siles sostiene que participó en los encuentros que se hicieron para la elaboración del texto.

"Entonces hay incoherencia, hay mezquindad política, hay egoísmo político, más que razones, más que hacer una análisis sobre las ventajas o desventajas de este proceso, hay consignas", expresa el ministro Siles.

Al respecto, Patzi replicó que el texto actual de ese documento es "totalmente distinto al elaborado en ese tiempo", cuando fungía en el cargo de secretario general de la Gobernación.

Siles considera que las posturas de rechazo a los estatutos "no tienen asidero de contenido, no tienen argumentos lo suficientemente contundentes". Y sostiene que en las observaciones que manifestó Patzi hay algunas que se pueden corregir o reglamentar con la elaboración de leyes departamentales.


El escenario si gana el No
El oficialismo apuesta a que gane el Sí, pero si gana el No, ¿el escenario es sombrío? El ministro Siles explica que de ganar esa posibilidad, los departamentos o regiones seguirían rigiéndose bajo normas supletorias del nivel central, además que postergarían una "extraordinaria oportunidad para avanzar y descentralizar los recursos", entre otras cosas.

"Sería una pérdida desde todo punto de vista que alguna región diga No al estatuto, los ciudadanos mismos verían en el tiempo cómo el Estado no tendría la eficiencia y la eficacia que se desprende de un proceso de descentralización administrativa política como corresponde", afirma.

Delgado sostiene que "de ganar el No, en el fondo no se pierde absolutamente nada", ya que "lo que más bien puede suceder (si se aprueban) es que por las omisiones, que no son compatibles con la Constitución, pueden resultar siendo una vulneración de derechos fundamentales".

Patzi afirma que de ganar el No haría falta voluntad política para "complementar, debatir y consensuar" el estatuto. "En un año tendríamos prácticamente otro estatuto", dijo.

Llally dice que si gana esta opción será un triunfo: "Si nosotros conseguimos el No es para la vivencia de cada uno de los habitantes, de cada departamento".

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>>> Hitos en el proceso de construcción autonómica

La constitucionalización
El proceso de descentralización por el que atraviesa Bolivia fue constitucionalizado con la puesta en marcha de la nueva Carta Magna, el 7 de febrero de 2009. En este documento, el tema está inserto desde el primer artículo, cuando se hace referencia al modelo de Estado del país.

"Bolivia se constituye en un Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, libre, independiente, soberano, democrático, intercultural, descentralizado y con autonomías. Bolivia se funda en la pluralidad y el pluralismo político, económico, jurídico, cultural y lingüístico, dentro del proceso integrador del país", dice el artículo 1 de ese documento.

En este texto también se establece los tipos de autonomía que funcionarán en Bolivia. En ese marco están las autonomías departamentales, regionales, municipales e indígenas.


Una ley marco
El 19 de julio de 2010 se puso en vigencia la Ley Marco de Autonomías y Descentralización, cuyo objeto es regular el régimen autonómico y las bases de la organización territorial del Estado.

Esta norma regula el procedimiento para la elaboración de estatutos y cartas orgánicas, la transferencia y delegación competencial, el régimen económico financiero, y la coordinación entre el nivel central y las entidades territoriales descentralizadas y autónomas.

El artículo 7 establece que el régimen de autonomías tiene como fin distribuir las funciones político-administrativas del Estado de manera equilibrada y sostenible en el territorio para la efectiva participación de las ciudadanas y ciudadanos en la toma de decisiones, la profundización de la democracia y la satisfacción de las necesidades colectivas y del desarrollo socioeconómico integral del país.


Un referendo
El próximo 20 de septiembre se realizará el referendo para aprobar los proyectos de estatutos de los departamentos de Cochabamba, Chuquisaca, La Paz, Oruro y Potosí. También se votará por los estatutos autonómicos indígena originario campesinos de la región de Charagua, que se ubica en Santa Cruz, y de Totora Marka, que está en el departamento de Oruro.

Además, también votarán sobre si aprueban o no las cartas orgánicas municipales de las lo calidades de Huanuni (Oruro), Tacopaya y Cocapata (Cochabamba).

Una novedad de este proceso para aprobar los estatutos autonómicos y cartas orgánicas es que las organizaciones que querían hacer campaña a favor o en contra de los documentos debían haberse habilitado para tal cometido. En total se registraron 35 organizaciones para hacer campaña.

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ENTREVISTA

Hugo Siles, ministro de Autonomías:  "La oposición o los rechazos no tienen asidero de contenido"


Foto: Ministerio de Autonomías.


El ministro de Autonomías, Hugo Siles, sostiene que gran parte de la oposición hacia los proyectos de estatutos "es minoritaria" y que se resume a una "consigna" de actores políticos, ya sea que están en funciones o son exautoridades.

Agrega que las expresiones de rechazo, hasta ahora, no reflejan una valoración o argumentos lo suficientemente contundentes.


Desde su punto de vista ¿qué se juega con la aprobación de estatutos?
Nuestro país está en un proceso de transformación. Esa transformación económica, social, que el día de hoy registra niveles expectantes positivos de crecimiento también está en la transformación de la estructura y la administración del Estado.

Por ello, las autonomías y la descentralización, que son parte de la agenda de la Asamblea Constituyente y que se han constitucionalizado tienen en esta cita del referendo, en esta cita autonómica el primer paso trascendental para poner en vigencia los estatutos autonómicos en el nivel departamental, las cartas orgánicas en el nivel municipal y los estatutos de las autonomías indígena originarios campesinas.

La ciudadanía se juega la posibilidad de que el Estado se acerque más al ciudadano, que los departamentos pongan en vigencia efectiva sus competencias, que mejoren el perfil y la cualidad de sus gobiernos, que desarrollen su autoadministración en sintonía constitucional y que puedan desarrollar una mayor eficiencia y eficacia la administración y la solución de las necesidades de los ciudadanos, como también en la construcción de la agenda de reducción de la pobreza.

Hay políticos que expresaron una voz disonante en contra de los textos ¿Qué postura tiene usted al respecto?


Hemos encontrado en los cinco departamentos diversas manifestaciones. Unas, se han colocado en la vereda de la oposición de los estatutos; otras, han anunciado su oposición y su divergencia con los estatutos, pero luego se sumaron al proceso de apoyo de los estatutos, por ejemplo el caso de los Asambleístas de Demócratas de Cochabamba o del alcalde José María Leyes de Cochabamba que han manifestado su apoyo; o Movimiento Demócrata, Oruro, que no está haciendo campaña por el "No"; pero también hemos encontrado algunos actores que siguen manteniendo su posición, su rechazo, es el caso del dirigente de Comcipo de Potosí, Johnny Llally; y en La Paz, curiosamente, pese a que el gobernador Patzi anunció que no iba a ingresar en campaña, hemos revisado todas su declaraciones en la últimas semanas y todas se reducen a hacer campaña negativa. Lo propio el alcalde Revilla.

Lo curioso del caso de estas nuevas autoridades es que fueron parte del proceso de elaboración del estatuto autonómico del departamento de La Paz.

Tanto Patzi como Revilla figuran en las fotografías, en los talleres, en los encuentros que se hicieron para la elaboración del estatuto del departamento de La Paz. En el caso de Patzi, es más, su actuación fue delegada oficialmente por el gobernador sustituto, Ramos.

Entonces, hay incoherencia, hay mezquindad política, hay egoísmo político, más que razones, más que hacer una análisis sobre las ventajas o desventajas de este proceso, hay consignas, hay sentido de mezquindad política sobre este proceso de aprobación de estatutos, de puesta en consideración a la ciudadanía, porque todos somos conscientes de que el proceso de avance de las autonomías y la descentralización mejora el perfil de la administración de los departamentos, de las gobernaciones, de la asamblea, genera una mayor capacidad de poder al disponer de las competencias, de las normas para poder administrar mejor los recursos de forma más cercana, más eficiente.

Todos sabemos eso, todos los que asistimos a este proceso de transformación del Estado sabemos perfectamente el significado que tienen las autonomías y la descentralización.

La oposición o los rechazos hasta ahora no tienen asidero de contenido, no pueden reflejar una valoración o argumentos lo suficientemente contundentes. Hemos revisado, por ejemplo, las observaciones que hizo el gobernador Patzi en su momento, todas se pueden reflejar y manifestar en la normativa legislativa, que la asamblea pudiera encaminar una vez aprobado el estatuto autonómico del departamento de La Paz. Es decir, hay algunas observaciones que se pueden contemplar en la elaboración de leyes departamentales, que se corrigen o se reglamentan.

Entonces, yo veo que gran parte de la oposición es minoritaria en los departamentos y que mayormente se reduce a algunas voces disonantes de actores políticos, ya sea en funciones o exautoridades, se resume a consigna, a muy poca posición a debatir o dialogar sobre otro tipo de razones.

Por ello, estamos confiados en que el proceso de referendo y consulta aterrice de forma favorable el próximo 20 de septiembre.

¿Cuál es el escenario que se generará si el "No" gana en alguna regiones?
Si se diera esa posibilidad, que también es democrática y que podría ser de decisión ciudadana, en el caso de los departamentos que no afrontarán el paso de aprobar sus estatutos, seguirían rigiéndose bajo normas supletorias del nivel central. Postergarían una extraordinaria oportunidad para avanzar y descentralizar de los recursos, la puesta en vigencia de las competencias, la autoadministración de sus propias capacidades y comprometerían esa posibilidad a seguirse manejando bajo normas supletorias del nivel central.

Perderían recursos porque estos referendos le cuestan recursos al ciudadano, a usted, a mí. La Paz nomás ha invertido más de 20 millones de bolivianos; Cochabamba 14 millones y así si vamos sumando... perderían tiempo porque rechazar un estatuto que ya ha demandado en su elaboración cinco o seis años, es retroceder en el tiempo, perder la oportunidad de avanzar en la descentralización y las autonomías, la administración más cercana al ciudadano.

¿A partir de qué factores el ciudadano común va a sentir que está en un Estado autonómico?
Estamos en la construcción del Estado plurinacional social comunitario descentralizado con autonomías, y el ciudadano podrá sentir que son su gobernación, su asamblea... La administración departamental podrá de manera más eficiente, más eficaz, más rápida, más oportuna administrar la solución de sus problemas con el desarrollo legislativo de las asambleas departamentales, podrán promover leyes a favor de la mujer, de los interculturales, de los niños, de los jóvenes... La legislación que se aproxima va a poner en vigencia las competencias exclusivas que tiene el nivel departamental. Es, definitivamente, administrar mejor el Estado, las regiones, la gobernación... por ello, es importante que demos el paso, y que se pueda dar ese paso cualitativo.

Hoy, los departamentos todavía tienen normas que están definitivamente arraigadas en una relación con el nivel central. Van a poder elegir sus autoridades, configurar su propia estructura de Gobierno, establecer sus propios regímenes; comenzar a desarrollar una mayor identidad regional, sus propio símbolos, lengua, el aspecto productivo, hasta dónde debe apostar la dimensión y el desarrollo económico departamental, municipal. La dimensión productiva de la que hablábamos es parte de este proceso que se puede construir del desarrollo de la descentralización y las autonomías.

Por ello resulta imperativo diferenciar entre las normas supletorias del nivel central y la carta fundamental o el estatuto autonómico de los departamentos que son miniconstituciones, y establecen el marco base, normativo, para poder encaminar el desarrollo departamental.


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