“La coyuntura es de los políticos; el futuro es de los estrategas”, Fernando Salazar, abogado internacionalista

 
 
La afición por las relaciones internacionales del abogado y periodista Fernando Salazar Paredes está relacionada con el hecho de que a sus 11 años salió del país y tuvo que aprender un nuevo idioma y conocer culturas diferentes. Aquella inclinación la  plasmó en una serie de escritos. ¿Un tema vital de sus reflexiones? la reintegración marítima.
 
 Este mes acaba de publicar  El mar dentro de nosotros, un libro de más de 600 páginas  que reune  ensayos, artículos y otros escritos que el autor redactó  sobre el tema marítimo.  “Son treinta y tantos años que vengo haciendo seguimiento del tema y este libro recoge todo esa pensamiento, que obviamente ha evolucionado”, dice.   
 
  Pero el aporte a la causa de este internacionalista no fue sólo plasmado en papel a través de los escritos referidos, también se expresó  en logros  como la histórica resolución de noviembre de 1983 de la Organización de los Estados Americanos, cuando se desempeñó como representante de Bolivia.  Salazar fue el primer embajador  que designó  la naciente democracia ante ese organismo, y negoció el  documento indicado,  que incluso  fue aprobado con el consenso de Chile. 
 
“Me tocó tratar de hacer un puente entre entre lo que había sido la política exterior de la dictadura con lo que debería ser la política exterior de la democracia sobre tema marítimo. Había que hacer un puente que no dañe al país como tal, pero que encamine adecuada y correctamente todos los esfuerzos que estábamos haciendo hacia el propósito común que tenemos todos los bolivianos”, expresa.
 
Una pregunta necesaria a la hora de hablar del tema mar son las razones por las que esta cuestión está en las venas de los bolivianos. El título del reciente libro de  Salazar hace referencia a una frase del filósofo  Roberto Prudencio Romecín, quien escribió que “...el mar ha dejado de estar delante de nosotros, ahora está dentro de nosotros”. 
 
 Salazar considera al respecto que “hay un aspecto que es ciertamente emocional”; y agrega que  “nosotros hemos tenido a partir de 1879 una especie de sicosis de derrota” y que por ese motivo “nos alegramos tanto cuando hay intervenciones como la de (Carlos) Mesa que nos hace salir de ese sentimiento de derrotismo que tenemos”.
 
 El autor explica que  en el “imaginario popular hay una ansia de tener acceso al mar”, un objetivo que -expresa- es necesario  alcanzar para los bolivianos.  “Nos va a complementar, además de reparar una injusticia, de ayudarnos en nuestra economía, nos va a ayudar en nuestra forma de ser que hoy por hoy tiene ese sentimiento de derrota”, agrega.
 
Sin embargo, este tema también cruzó hacia la  esfera  de la cultura política del país, lo que se expresa en un uso del tema para obtener réditos políticos.  ¿Cómo superar este mal?  “Esto requiere madurez, no solamente de las personas, sino del país. Bolivia es un país adolescente todavía, y como cualquier adolescente tiene rasgos de madurez pero también tiene rasgos de infantilismo. Estamos en camino a ser maduros. Creo que esto es un proceso que se va a dar”, asegura.
 
La decisión de La Haya -sobre declararse competente para tratar la demanda marítima-  marcó un hito positivo en torno a la  reintegración marítima que busca Bolivia. 
 
Sin embargo, Salazar sostiene que el fondo de la demanda   es la negociación con Chile. Considera, al respecto, que  es necesario pensar con mirada puesta hacia el futuro. “La coyuntura es de los políticos; el futuro es de los estrategas”, afirma. 
 
En ese marco, la interrogante inmediata es si  desde ya se debe preparar la estrategia negociadora.  “Así es, es momento. Y se puede ir a negociar paralelamente, siempre y cuando se sepa qué es lo que vamos a negociar, y que ese ‘qué’ debe tener una base de consenso en el país”, manifiesta el internacionalista. 
 
 Entre los aspectos que se debe tomar en cuenta para encarar un proceso de ese tipo, menciona, está el criterio de  encararlo con realismo político. “Hay una solución grande, pero también hay soluciones sub óptimas. Yo considero que una acumulación de sub óptimas puede dar a la larga una solución óptima”, acota.  
 
Pero este especialista sostiene  no se puede arribar a una solución de un día para otro, dado que se trata de un  proceso, más aún ahora  que no hay las “condiciones óptimas” para negociar.  “Hoy está todo enervado”, afirma Salazar,  y adiciona  que la única forma de avanzar en esa materia, hoy por hoy,  es que el presidente Evo Morales  restablezca relaciones diplomáticas con Chile y mandé un embajador. “Así los descoloca”, dice.  
 
 Este internacionalista considera que la participación de Mesa en el programa El Informante de TVN de Chile  del pasado miércoles puede ser el inicio para crear las condiciones favorables. “Lo que ha hecho Mesa hay que multiplicarlo a todo nivel en los colegios, en las escuelas, en Chile. Hay que poner una embajada y hay que ponerle todo a esa embajada. Hay que hacer lo que no esperan...  No esperaban a Mesa, y Mesa ha hecho una revolución”, sostiene.  
 
Bolivia rompió relaciones con Chile en 1978. Desde entonces, ambos estados no tienen vínculo a nivel de embajadores. ¿Será momento de cambiar esa posición?  Salazar opina lo siguiente: “La pregunta es ¿la ruptura de relaciones nos ha servido de algo? ¿Hemos avanzado? No...  Entonces, si tú quieres comerte un bife y el cuchillo está motoso, no puedes cortarlo, no puedes seguir usando, tienes que cambiar. Los instrumentos se cambian. No podemos  confundir el objetivo que estamos buscando con el instrumento”.
 
Si se da ese escenario, Salazar considera que la primera tarea que debería cumplir ese diplomático en Chile es “crear las condiciones óptimas para  negociar”. En ese sentido, el autor  evoca a Ostria Gutiérrez, quien -comenta- negoció los famosos memorándums del 50-51. “Fue el embajador en Chile, porque un embajador de Bolivia en Chile puede hacer muchas cosas”, agrega.  
 
“Aquí han confundido que la negociación diplomática se la hace públicamente,  por los medios. No. Se la hace con un trabajo de persuación permanente”, asegura.   ¿La negociación debe ser confidencial?  “Hay una máxima en política internacional: Las negociaciones son secretas, los resultados son públicos. No es al revés”.

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